Es común que cuando realizamos ejercicios o un deporte determinado como correr, nos den sendos “ataques” de hambre. Eso se debe a que nuestro organismo se encuentra permanentemente consumiendo energía, puesto que el metabolismo se activa por un espacio de tiempo más prolongado. Dicho deseo a ratos se torna incontrolable, sobre todo, en horarios que no más adecuados para comer grandes cantidades de comida.
Tenemos que aprender a diferenciar la sensación de hambre real de otras sensaciones que, en algunos casos, tienen su origen en la ansiedad y el aburrimiento. Por eso, es necesario imponernos un orden alimenticio y un ordenamiento que nos ayudarán a frenar las ganas de comer por comer.
A continuación algunos consejos sencillos para contenernos frente al refrigerador.
1) Mantener un horario fijo de comidas: Ojala las comidas principales se realicen siempre a la misma hora, la idea es mantener un orden. Nuestro cuerpo se adapta a la regularidad y sabe en qué momento va a recibir el alimento. Si esto no se hace de esta forma podemos desajustar nuestro apetito, lo que nos causa más hambre.
2) Desayuno de campeones: Es importante que por la mañana empecemos con un desayuno fuerte, ricos en energía y bajos en grasa como los cereales (si son integrales mucho mejor), ya que ayudamos a eliminar residuos de nuestro cuerpo. Este importe de calorías por la mañana es importante, puesto que es ese el momento en que tenemos que poner a funcionar nuestro metabolismo para aguantar el ritmo del día.
3) Los “Tentempié”: Es importante realizar 5 comidas ligeras, para ello comer entre horas, pero no todo el rato, sino que debemos marcarnos una hora concreta y seguirla al igual que lo hacemos con las horas de las comidas principales. En ese momento, lo ideal es ingerir alimentos que nos aporten energía con un valor calórico escaso, como son las frutas, yogur o pan integral. Si vamos a ingerir meriendas entre las comidas principales para no desplomarnos del hambre, que no sea cualquier cosa. Lo ideal es siempre ingerir alimentos ricos en proteínas, pues mantienen el estómago lleno durante más rato. Los azucares o los hidratos de carbono no son aconsejables ya que son adictivos.
5) Descanso de calidad: El descanso es importante, ya que debemos dormir de 7 a 8 horas cada día. Si dormimos poco, nuestro cuerpo nos pide energía con lo que el hambre aumentará.
6) A veces comes de aburrido (a): También es importante realizar actividades que nos entretengan y nos relajen, ya que está comprobado que si estamos nerviosos o aburridos comemos más. Además, siempre tendemos a ingerir alimentos ricos en calorías y con un bajo nivel nutritivo. No es que este tipo de alimentos esté prohibido, sino que deben consumirse con mucha moderación.
7) Rehidratarse permanentemente: Cuando estás deshidratado te sientes con hambre debido a que tu cuerpo va a aumentar tus dolores de hambre en un intento de obtener más agua para rehidratarse.
8) Siempre es la hora del té verde: Bebe té verde en vez de café, el té verde es un potente supresor del apetito y también es un quemador de grasa completamente natural que te ayudará a quemar hasta un 43% más de grasa.