Con gritos de “¡No nos representan!”, una multitud convocada por el movimiento de los ‘indignados’ protestaban el martes frente al parlamento español, donde los diputados debatían unos presupuestos 2013 marcados por nuevas medidas de austeridad para reducir el déficit público.

Frente a las barreras policiales que impedían acercarse al Congreso de los Diputados, más de un millar de manifestantes se concentraron encabezados por una gran pancarta que pedía “Dimisión”.

Convocados por el movimiento de los ‘indignados’ bajo el lema “Rodea el Congreso”, su objetivo era hacer una cadena humana en torno a la sede de la cámara baja.

Un intento de este tipo el 25 de septiembre había degenerado en violentos enfrentamientos entre policías y manifestantes que se saldaron con 64 heridos y 35 detenidos.

Con 39.000 millones de euros en ajustes, los presupuestos para el próximo año están diseñados para “la deuda privada, que no tiene que pagar el pueblo español, cuando están cortando en sanidad y en educación, contra los más vulnerables”, denuncia Noela Urdiales, educadora social de 34 años.

“El sentimiento que tenemos la gente en la calle es que no nos respetan”, agrega esta manifestante.

Junto a ella, decenas de personas se han sentado en el suelo para discutir en una “asamblea popular” las propuestas políticas que quieren presentar a los legisladores, mientras esperan la hora de rodear el congreso.

“¿Crisis? ¡Atraco!”, puede leerse en las pancartas que enarbolan los manifestantes.

“Espana vive una corrupción brutal”, dice Rafael Martínez, de 48 años.

“Sigue gobernando la misma jerarquía que cuando vivía Franco”, afirma en referencia al Partido Popular de Mariano Rajoy. “Todo está supeditado a la banca internacional. Están quitando derechos a la gente”, denuncia.