Vivimos en una época en que, cada vez más, lo urgente no deja tiempo para lo importante. Y como casi todas las cosas nos parecen urgentes, claro, terminamos por vivir sin darnos ni cuenta de las cosas importantes.

Por ejemplo, en lo internacional, la máxima atención se está centrando en la posible guerra idiota entre Turquía y Siria.

Y, en cambio, a nadie le importa un rábano que el Banco Mundial le haya comunicado a la República de Ghana, en África Occidental, que no le volverán a prestar plata, ni le enviarán más auxilios, mientras las mujeres de ese país africano sigan teniendo guaguas a toda velocidad.

La irrupción de la eugenesia, del control genético en profundidad, va lejos más allá del evitar el surgimiento de enfermedades latentes. De hecho, apunta más bien a enfatizar caracteres que se consideren deseables, convenientes.

Se estaría apuntando al concepto neo darwinista de que el hombre es capaz de rediseñar su medio ambiente, y con ello conducir su proceso de adaptación evolutiva.

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