El presidente estadounidense, Barack Obama, prorrogó un año más las sanciones contra las entidades que Estados Unidos considera que amenazan la estabilidad de Líbano, en una referencia velada a los apoyos del movimiento chiita libanés Hezbolá.

Obama dijo en un mensaje enviado al Congreso que prolongaría la “emergencia nacional”, que fue declarada en primer lugar por el entonces presidente George W. Bush en 2007 y que ha sido renovada cada año desde ese momento.

Las medidas incluyen la congelación de los recursos de las personas que sean consideradas una amenaza para la democracia y la estabilidad de Líbano.

“Algunas actividades, como continuar con las transferencias de armas a Hezbolá, que incluyen sistemas armamentísticos cada vez más sofisticados, sirven para minar la soberanía libanesa, contribuyen a la inestabilidad económica y política en Líbano y siguen constituyendo una extraordinaria amenaza para la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos”, escribió el presidente estadounidense.

Obama mencionó la “interferencia siria en Líbano”, pero no hizo referencia explícita al conflicto actual en Siria. Sin embargo, la violencia sectaria se contagió en varias ocasiones a Beirut desde que comenzó la revuelta en el país vecino en marzo de 2011.

Estados Unidos considera a Hezbolá como una “organización terrorista” y acusa a Siria e Irán de proporcionarles armamento.

Israel ha avisado en varias ocasiones sobre la posibilidad de que Hezbolá obtenga acceso al supuesto arsenal de armas químicas sirio o a otro tipo de armas avanzadas, temiendo que esa situación se hiciera realidad en el caos que podría acompañar a la caída del régimen de Bashar al Asad.