Las brechas en la inteligencia estadounidense para recabar información han dificultado los esfuerzos de Washington por destituir al presidente sirio Bashar al Asad y comprender mejor a las fuerzas de oposición, informó este martes el diario Washington Post.

El periódico, citando a fuentes de la inteligencia estadounidense y extranjera, señala que las agencias de espionaje norteamericanas han intensificado sus esfuerzos para reunir más información sobre las fuerzas rebeldes y el régimen de Al Asad.

Sin embargo, ciertas limitaciones confinaron el trabajo a interceptar comunicaciones y observar el conflicto a distancia, destaca.

La Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos había cumplido un importante papel a la hora de reunir información en territorio egipcio y libio durante las revueltas en esos países, según el Washington Post.

Sin agentes de la CIA en Siria y con sólo algunos puestos clave en la frontera, la agencia estadounidense depende de sus contrapartes en Jordania, Turquía y otros aliados regionales.

La falta de información también ha dificultado a la administración de Barack Obama la tarea de hacer frente a una crisis que podría fortalecer a insurgentes simpatizantes de la red terrorista Al Qaida o a islamistas, informó el diario.

La capacidad de la CIA de operar en territorio sirio se vio seriamente afectada tras el cierre de la embajada estadounidense en Damasco este año, explicaron las fuentes.

El periódico destaca que unos seis agentes de la CIA apostados a lo largo de la frontera con Turquía han trabajado para investigar a líderes de la oposición y coordinar el flujo de equipos médicos.

Las fuentes afirmaron que los espías estadounidenses no han provisto armas a la oposición, pero han compartido información con otros países, como Arabia Saudita y Qatar, que proveen armas a los rebeldes.