Lukas Rosol, 26 años checo, 100 del ránking, ningún título en los registros de la ATP. Lo mejor de su vida tenística transitó por mediados del año anterior cuando se ubicó 65 en el escalafón. Hasta este jueves. Un jueves soleado en Wimbledon, un jueves de court central y un rival de una jerarquía inconmensurable: el número 2 del mundo, Rafael Nadal.

Rosol fue en este 2012 el Robin Soderling de 2009 en Roland Garrós. Literalmente, demolió (22 aces, 83% de puntos ganados con su primer servicio) a Rafael Nadal, finalista del año anterior, dos veces campeón sobre el césped inglés. Fue un torbellino de derechas y revés a dos manos cruzados con mucho ángulo que sacaron de su línea al reciente campeón de Roland Garrós. Rosol con irregulares presentaciones en torneos del Grand Slam se ha declarado tenista de canchas lentas (como buen checo) pero su actuación más grandiosa ha sido sobre la central de Wimbledon ganando por 6-7, 6-4, 6-4, 2-6 y 6-4.

Ganarle en la segunda ronda del certamen más famoso del mundo a Nadal quedará enmarcado, seguramente, entre lo mejor (o decididamente lo mejor) de su carrera. No tuvo miramientos a la hora de pegarle a la pelota con toda la potencia de un físico de 1,86 de altura y 85 kilogramos y recordó como mencionábamos más arriba aquella histórica victoria del sueco Soderling en las semifinales de Roland Garros 2009 ante el manacorí. Matar o morir. Ganó y le impidió a Nadal obtener, en aquel momento, su quinta corona (y en forma consecutiva) en París. Le abrió el camino a la única victoria en ese torneo que hasta ahora ostenta Roger Federer.

Coincidencias, otra vez se verá beneficiado el suizo por una derrota de Nadal. Sin la opción de defender los puntos de la final de 2011 (perdió con Djokovic) Federer desplazará a Nadal en la segunda posición del ránking cuando se publique el mismo en 10 días más.

Rosol tuvo su chance y, al contrario de muchos jugadores que suelen tener momentos favorables en sus partidos ante Nadal y las desperdician ante su fortaleza mental y física, la aprovechó al ciento por ciento. Su entrenador es un viejo conocido del tenis chileno: Slava Dosedel, aquel que le ganara en 1995 a Marcelo Ríos la primera de las 4 finales que el chileno cedió en el torneo ATP del país.

Dosedel era un tenista clásico, salido de la escuela clásica de su país (República Checa) y evidentemente algo le traspasó a su pupilo, un jugador que ante Nadal y en la segunda ronda de un torneo del Grand Slam, mostró un juego de un tenista top ten, no de un 100 del mundo. Ahora se verá si fue la tarde justa, a la hora señalada y en el court esperado o si esta excepcional victoria le da el impulso necesario para llegar más lejos en Wimbledon y construir una historia mayor.

Nadal tendrá que replantearse el tema del césped. Ha sido campeón dos veces en Inglaterra, jugó 5 finales. Pero en esta ocasión no llegó con todos sus sentidos puestos en Londres. De hecho en el torneo de preparación que disputó la semana anterior en Halle (Alemania) cayó en cuartos de final ante el alemán Phillip Kolschreiber, el rival que tendrá Rosol en 48 horas más y por la tercera ronda. Precisamente por disputarse los Juegos Olímpicos en Londres a partir del 28 de julio es que el ‘Rafa’ deberá hacer ese replanteo: es el campeón vigente en esa justa y seguramente, dada su vocación que apunta siempre a ganar todo lo que disputa, querrá tomarle la mano a una superficie que esta vez no lo perdonó.