Arabia Saudí se preparaba este domingo para enterrar en La Meca a su príncipe heredero, Nayef ben Abdel Aziz, fallecido a los 79 años, y para elegir como sucesor a unos de sus hermanos, siguiendo las reglas que rigen esta gerontocracia.

Los restos mortales del príncipe heredero, que murió el sábado en Suiza, eran esperados este domingo en La Meca, donde ya se encuentran el rey Abdalá y los dignatarios del reino.

Varios jefes de estado árabes asistirán a los funerales, incluyendo a dos de las monarquías del Golfo Pérsico y al presidente turco Abdulá Gul.

Los no musulmanes no están autorizados a entrar en La Meca, la más importantes de las ciudades santas de Arabia Saudí, en el oeste del país, y del islam.

El príncipe Nayef, hermanastro del rey Abdalá, murió por problemas cardiacos cuando estaba en Suiza, en la residencia de su hermano el príncipe Sultán, un octogenario que murió en octubre de 2011 y del que Nayef fue el sucesor como príncipe heredero.