El “Costa Concordia”, varado desde hace casi una semana en la pequeña isla italiana del Giglio, se movió este viernes por lo que los socorristas suspendieron las búsquedas, anunció un portavoz de la Marina militar italiana, Alessandro Busonero.

“Hay inestabilidad en el buque por lo tanto, los socorristas no pueden descender”, dijo a la AFP.

Once personas murieron en el naufragio del viernes pasado, y unas 20 permanecen aún desaparecidas. Las búsquedas estuvieron interrumpidas casi toda la jornada del miércoles y se reanudaron el jueves.

En total, 24 personas -de las cuales tres figuran sin duda entre los cuerpos no identificados- permanecen desaparecidas desde hace casi seis días. Se trata de 12 alemanes, cinco italianos, dos franceses, dos estadounidenses y tres miembros de la tripulación: un italiano, un peruano y un indio.

Las peligrosas inmersiones de los buzos en el navío se dificultaron el jueves por el viento y las olas que azotaban la isla y ponían en peligro la estabilidad del crucero semihundido, con riesgos de deslizarse hacia al cercano precipicio de unos 70 metros.

Pero la situación meteorológica se agravó hoy viernes con un viento de 40 a 50 km/h y olas anunciadas de un metro y medio.

El bombeo del combustible del buque (2.380 toneladas) tampoco pudo comenzar a pesar de los riesgos de marea negra en la isla, una reserva natural de gran valor ecológico. Esta operación podría durar unas semanas y es muy complicada puesto que hay que calentar el combustible para que sea más fluido.

Además, la ira de los familiares se acrecentó después de que el peruano Saturnino Soria, padre de la joven desaparecida Erika, pidiera públicamente a las autoridades italianas que el comandante del navío, Francesco Schettino, “no quede impune por lo que ha hecho”.

El comandante del crucero, calificado como el principal responsable de la tragedia, que se encuentra en arresto domiciliario en su residencia de Meta de Sorrento, cerca de la sureña Nápoles, es acusado de homicidio culposo múltiple, abandono de nave y naufragio, por lo que corre el riesgo de ser condenado a 12 años de prisión.

Según el presidente de la firma Costa Crociere, propietaria del buque, Pier Luigi Foschi, el capitán del ‘Costa Concordia’ “no fue honesto” con los responsables en tierra al explicar la situación. “Personalmente pienso que no fue honesto. No tengo elementos para decir si estaba lúcido. Pienso que estaba perturbado desde un punto de vista emocional”, declaró en una entrevista con el Corriere della Sera.

Más de 70 pasajeros del “Costa Concordia” adhirieron a una acción colectiva contra la compañías preparada por la asociación italiana de defensa de los consumidores, con el objetivo de obtener para cada pasajero una indemnización de al menos 10.000 euros.