Científicos estadounidenses crearon una bacteria capaz de metabolizar los azúcares de las algas marinas pardas para convertirlos en etanol, un avance que podría ofrecer una fuente importante de biocombustibles, señaló un estudio publicado el viernes en la revista Science.

Las algas tienen la ventaja de no competir con los cultivos terrestres, que además requieren agua. Sin embargo, en las algas, el componente principal de los glúcidos, llamado alginato, no es directamente metabolizado por las bacterias.

Este obstáculo hizo que hasta ahora el biocombustible producido a partir de algas sea demasiado caro como para competir con otros combustibles derivados del petróleo.

Investigadores de la empresa Bio Architecture Lab (BAL), en California, pudieron superar este problema mediante la creación de un microbio sintético -una variante de la bacteria Escherichia coli- capaz de extraer todos los azúcares principales en las algas pardas para su conversión en combustible y otras sustancias químicas renovables.

“Alrededor del 60% de la biomasa seca de las algas consiste en hidratos de carbono fermentables, y aproximadamente la mitad de estos se componen de un sólo carbohidrato, el alginato”, dijo Daniel Trunfio, director general de Bio Architecture Lab, cuyo trabajo es publicado en la revista Science con fecha del 20 de enero.

Si este proceso se puede desarrollar a gran escala, las algas podrían ayudar a satisfacer la creciente demanda de combustibles renovables.

En menos del 3% de las aguas marinas costeras se pueden producir algas suficientes como para sustituir más de 226.800 millones de litros de combustibles fósiles, indicó BAL.

Un portavoz de la compañía dijo a la AFP que el laboratorio cuenta actualmente con cuatro sitios que producen estas algas en Chile, donde espera “ampliar su tecnología de microbios como el siguiente paso en el camino hacia la comercialización” en los próximos tres años.