Científicos holandeses crearon un vehículo del tamaño de una molécula, el que es capaz de desplazarse por varias milmillonésimas de metro cuando recibe un haz de pulsos eléctricos.

Este ‘nanoauto’, el que jamás llevará un pasajero, está formado por átomos con 4 extensiones que dan forma a sus ruedas. Si bien no tiene un propósito inmediato, se trata de una gran prueba de lo que se puede lograr con la nanotecnología.

Según constata ABC, este auto sólo funciona en temperaturas extremadamente bajas o cercanas al cero absoluto.

La energía necesaria para su desplazamiento es aportada por un microscopio de efecto túnel, dispositivo que a través de una punta fina de metal genera una corriente de polarización que mueve electrones de un lado a otro mediante el efecto túnel. Al recibir esta corriente, las zonas de la molécula que actúan como ruedas se deforman y la impulsan hacia adelante.