El presidente ruso Dimitri Medvedev se reunirá esta semana con el dirigente norcoreano Kim Jong-Il, de visita en Rusia por primera vez desde 2002, para hablar del programa nuclear de Corea del Norte, cooperación energética y ayuda alimentaria al país asiático.

La reunión, que se llevará a cabo “a mitad de semana”, será “el principal acontecimiento” de la visita de Kim, según el Kremlin, que no ofreció ningún detalle sobre el programa del líder norcoreano durante su estancia en Rusia.

Está previsto que el encuentro se lleve a cabo el martes o el miércoles, según la prensa local, en un lugar que no ha sido anunciado oficialmente, aunque responsables rusos apuntan a que Kim Jong-Il se verá con Medvedev en Ulan-Ude (sureste), cerca del lago Baikal.

El líder norcoreano llegó el pasado sábado al Extremo Oriente ruso a bordo de su tren blindado, donde visitó una fábrica hidráulica, y siguió su viaje en el mismo medio de transporte hacia Siberia.

La visita de Kim -rodeada del máximo secretismo, como todos sus movimientos- hizo que se tomaran medidas de seguridad sin precedentes en la región.

Después de haberse desplazado a China hace dos meses, el líder norcoreano busca ayuda económica de sus aliados para afrontar una crisis de las provisiones alimentarias y las consecuencias de las devastadoras inundaciones de julio en su país.

Rusia anunció el viernes la concesión de 50.000 toneladas de trigo a su aliado norcoreano en concepto de ayuda humanitaria. La primera parte de la mercancía ya ha sido entregada y el resto se enviará de aquí a septiembre.

La visita de Kim Jong-Il a Rusia se produce tras una serie de encuentros de alto nivel entre Pyongyang, Washington, Seúl y Pekín para reactivar las negociaciones sobre el programa nuclear norcoreano, suspendidas desde diciembre de 2008.

Se prevé que los dos mandatarios aborden la cuestión nuclear en su reunión. Rusia forma parte del grupo de los Seis -junto con las dos Coreas, Estados Unidos, Japón y China-, que se encarga de las negociaciones sobre la desnuclearización de Corea del Norte, y quiere convertirse en mediador, según algunos expertos.

El jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, se reunió con su homólogo norcoreano a finales de julio en Bali (Indonesia) al margen de una reunión regional sobre seguridad. Juntos discutieron la posible reactivación de las conversaciones a seis bandas, según el periódico ruso Izvestia.

Desde principios de año se han producido al menos siete encuentros entre el embajador de Corea del Norte en Moscú y diplomáticos rusos, de acuerdo con el ministerio de Relaciones Exteriores.

También se espera que los dos líderes hablen sobre la cooperación económica, la construcción de líneas ferroviarias y eléctricas en Corea del Norte, así como sobre el abastecimiento de gas.

El hecho de que Kim esté en Rusia “significa que está dispuesto a hablar de los problemas” que supone el programa nuclear, según el director adjunto del Centro Ruso de Tecnologías Políticas, Alexei Makarkin, citado por la agencia Interfax.

“Rusia tiene algunas ventajas ya que discute con Corea del Norte, Corea del Sur, China y Estados Unidos. Moscú intentará utilizar esta ventaja para desempeñar un rol de mediador”, aseguró el experto.