Varios miles “de indignados” se manifestaron este domingo por la noche de Madrid en dirección a la plaza de la Puerta del Sol para protestar contra el desempleo y la crisis en el lugar donde comenzó hace dos meses su movimiento de contestación.

Muchos de ellos llegaron el sábado a la capital en seis columnas tras haber recorrido a pie durante un mes cientos de kilómetros desde distintos puntos de España.

“Esta crisis no la pagamos”, gritaban los manifestantes que partieron de la estación de Atocha hacia la Puerta del Sol a través de las céntricas avenidas madrileñas.

A los gritos de “nos vamos al Congreso”, “no nos representan”, los manifestantes se detuvieron un rato en la entrada de la calle que lleva al Parlamento, bloqueada por filas de furgones policiales, para dar rienda suelta una vez más a su ira contra los políticos, a los que acusan de no representar a los ciudadanos.

A los manifestantes llegados a pie el sábado, se unieron otros “indignados” que hicieron el viaje en autocar o en coche, y también habitantes de la capital, que sigue movilizada mediante asambleas de barrios a pesar de que las vacaciones de verano hicieron estragos en el tamaño de sus filas.

“Las asambleas de barrio quedan muy activas”, explicó Lola Marina, una vecina de Batan, un barrio del oeste de Madrid.

“Nos reunimos todos los sábados, hablamos de acciones, de intercambiar libros para que los niños los tengan gratuitos, contra los desahucios, el canal del agua que quieren privatizar”, añadió esta comerciante en paro de 55 años que ahora, como ama de casa, apoya el movimiento de protesta, al igual que muchos españoles.

Los “indignados”, un movimiento ciudadano surgido a mediados de mayo entre personas de todas las edades y estatus, protestan contra un desempleo récord (21,29%) y las consecuencias sociales de la crisis económica.

También denuncian la “corrupción” política y reclaman una reforma del sistema electoral.