El juicio en México de un estadounidense de 14 años, hijo de mexicanos, acusado de torturar y matar a cuatro personas por encargo del narcotráfico y que podría recibir una condena a tres años de cárcel plantea un debate sobre cómo castigar a los menores reclutados por el crimen.

Edgar Jiménez, apodado ‘El Ponchis’, cuya captura en diciembre fue reportada como la primera conocida en México de un menor de edad que sirvió como asesino a sueldo del crimen organizado, es juzgado desde el lunes en Miacatlán, estado de Morelos (centro).

El menor es acusado de al menos cuatro asesinatos, tres secuestros y tráfico de droga y podría ser condenado “a la pena máxima para un chico de su edad, que es de tres años”, dijo a la prensa Juan Manuel Serrano, fiscal de delitos cometidos por adolescentes.

El caso es aún más dramático pues ‘El Ponchis’ era filmado con un teléfono celular al momento de golpear y asesinar a sus víctimas y estos vídeos fueron publicados en internet.

En los cuatro casos de asesinato por los que es juzgado, los cadáveres aparecieron colgados de puentes y uno de ellos fue degollado.

El joven, que confesó ante las cámaras los asesinatos, afirma en su defensa que fue “levantado” (secuestrado) y drogado para realizar los crímenes.

Junto a él fueron detenidas dos de sus hermanas, mayores de edad, que según las autoridades se encargaban de mover los cadáveres, y a las que se sigue un proceso distinto.

El menor asiste al juicio sin presencia de sus padres, que están separados y residen en Estados Unidos y su defensa no ha presentado testigos a su favor. La embajada estadounidense tampoco ha solicitado información sobre el proceso, que se realiza a puerta cerrada, añadió el fiscal Serrano.

El centro de detención es vigilado por medio centenar de militares y policías, que escoltan a unos 65 testigos que se espera declaren contra ‘El Ponchis’, incluídas tres mujeres víctimas de secuestro.

El caso es considerado como la expresión más extrema de reclutamiento de menores para las filas del narcotráfico en México.

La Red por los Derechos de la Infancia estima que unos 30.000 menores realizan actividades para los cárteles, como pasar droga o secuestrar migrantes y, en casos contados, homicidios.

Según un informe de la fiscalía general, de diciembre de 2006 a abril de 2010, un total de 3.664 menores de edad fueron capturados en operaciones contra la delincuencia organizada.