El equipo de Copa Davis de Chile sabe que su rival para el match de los días 4,5 y 6 de marzo en el court central del Estadio Nacional llegará con todo el potencial que dispone (menos Mardy Fish tal como lo adelantó Bío-Bío Tenis, ya que un problema en su salud lo obliga a quedarse en Estados Unidos aunque sigue jugando los torneos de canchas rápidas). Andy Roddick, John Isner, Sam Querry y los hermanos Mike y Bob Bryan, los mejores doblistas del mundo fueron designados por Jim Courier, capitán norteamericano para buscar su paso a los cuartos de final del Grupo Mundial de la Copa Davis.

Imagen: portalfederaciondetenis.cl

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La lenta cancha principal de Nuñoa no debiera ser inconveniente para que los americanos rarifiquen su favoritismo. El actual momento de Paul Capdeville, Jorge Aguilar y Nicolás Massú tal vez no permita desmedidas ilusiones. Baste decir que mientras sus rivales de marzo ahora en febrero jugaron en Memphis el importante torneo de esa ciudad (cemento, 1.000.000 de dólares en premios) los jugadores chilenos prácticamente no entraron en los cuadros principales de los certámenes de canchas lentas de Latinoamérica, con excepción del disputado en Santiago.

La Copa Davis es otra cosa, ciertamente. Juegan otros sentimientos, juega el público, los partidos de disputan al mejor de 5 sets y sobre canchas lentas son más prolongados.

Un cóctel que obviamente requiere de otro aditamento: unión entre los jugadores, motivación grupal, ayudarse, entrenar todos estos días duramente.

Lo peor que puede presentarse ante Estados Unidos es un equipo diezmado, sin confianza, en el que cada integrante tire de la cuerda para su lado. Hans Gildemeister es un experimentado hombre del tenis. Por su pasado como jugador, luego como dirigente y desde hace 6 años como capitán. Pasó por buenas y malas. Trata de llevar a sus tenistas con moderación, sin sobre exigencias. Pero no quiere que la puerta del corral se abra cuando no se debe. Y ayer uno de los habitantes de ese corral declaró cierto disgusto.

Antes de hablar con todo el grupo, Jorge Aguilar se despachó haciendo alusión a molestias. El capitán no dudó: no lo dejó entrenar en la jornada de ayer. Una forma de mostrarle a un integrante del equipo que los “trapitos sucios” se lavan en casa. ¿Las molestias de Aguilar? Considera que su actual nivel de segundo jugador del equipo por ranking por detrás de Paul Capdeville y por delante de Nicolás Massú, amerita que lo consulten para la toma de decisiones. Por ejemplo, que tipo de pelotas y de que marca se usarían para entrenar y para el partido ante los norteamericanos. El material elegido fue una pelota dura, de marca muy antigua, inglesa…Tampoco fue consultado acerca de cómo armar la cancha de arcilla: si lenta, rápida o semirápida. Cree, Jorge, que todavía la voz de Nicolás Massú es la más escuchada en el entorno del equipo de Copa Davis.

Y él cree que ya es hora de hacer valer su palabra.

Los argumentos que expone en privado Aguilar son muy valederos. Claro que hay momentos y momentos. Antes de enfrentar a un grande como Estados Unidos conviene recordar un párrafo del Martín Fierro, de José Hernández: “ Los hermanos sean unidos, esa es la ley primera…”.

Que sea.

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