El ejército egipcio consideró este lunes “legítimas” las reivindicaciones del pueblo y anunció que no recurrirá a la fuerza contra los manifestantes, un día antes de marchas gigantescas y de huelga general para derribar el régimen del presidente Hosni Mubarak.

El vicepresidente egipcio Omar Suleimán anunció el lunes por la noche, durante una breve intervención televisada, haber sido encargado por el presidente Hosni Mubarak de entablar inmediatamente un diálogo con la oposición, en el séptimo día de protestas sin precedentes contra el régimen.

Dirigiéndose al “gran pueblo de Egipto”, el ejército juzgó “legítimas” sus reivindicaciones y aseguró que “no recurrirá al uso de la fuerza contra el pueblo egipcio”, en un comunicado citado por la agencia oficial Mena y la televisión estatal.

La declaración del Ejército tuvo lugar la víspera de “la marcha de un millón” de personas prevista en El Cairo y en Alejandría (norte) para reclamar la caída de Mubarak, quien anunció nombramientos este lunes en un gesto de apertura que no convenció a los manifestantes.

La Casa Blanca urgió este lunes a la calma en Egipto antes de la masiva protesta prevista para el martes, y se dijo complacido por la “moderación” exhibida por las fuerzas de seguridad de ese país frente a los manifestantes.

Los Hermanos Musulmanes, el grupo de oposición más influyente de Egipto, llamaron a seguir con las manifestaciones hasta que caiga el régimen de Mubarak y anunciaron “su rechazo total” al nuevo gobierno, en un comunicado publicado en el séptimo día de una rebelión que dejó por lo menos 125 muertos. De su lado el jefe de la Liga árabe, Amr Musa, pidió el lunes una “transición pacífica” en Egipto.

Los participantes en las protestas de El Cairo afirman que sólo se darán por satisfechos cuando renuncie Mubarak y su régimen se derrumbe.

El mandatario, de 82 años, en el poder desde 1981, había pedido el sábado a su nuevo primer ministro, Ahmed Shafiq, promover la democracia mediante el diálogo con la oposición.

Esos gestos, posteriores a la brutal represión y a la instauración del toque de queda 16 horas por día (17 a partir de este lunes), no bastaron para menguar las protestas.

Decenas de miles de personas volvieron a concentrarse el lunes en la plaza Tahrir del centro de El Cairo, epicentro de la rebelión. Los opositores enarbolaban pancartas con lemas como “Queremos la cabeza de Mubarak” o “Mubarak no te queremos”.

El lugar estaba rodeado por tanques y los militares controlaban la identidad de quienes querían acercarse, aunque sin impedirles el paso.