Irán acusó el viernes a Washington de ser “el mayor violador de los derechos religiosos de los musulmanes”, tras las críticas estadounidenses al gobierno iraní por su trato a las minorías religiosas.
“El gobierno estadounidense manifiesta su preocupación sobre la situación de los falsos cultos fabricados por los colonos ingleses y sionistas mientras (…) que es el mayor violador de los derechos religiosos de los musulmanes”, denunció el portavoz del ministerio iraní de Relaciones Exteriores, Ramin Mehmanparast, en referencia a la comunidad Baha’i.
Esta comunidad sigue las enseñanzas de Bahaullah, nacido en Irán en 1817.
La fe Baha’i está prohibida en la República Islámica de Irán, donde sus miembros son considerados como herejes y “espías” de Israel, ya que su sede mundial se encuentra en Haifa.
En un comunicado publicado por la agencia de prensa estatal IRNA, Mehmanparast “desmintió las alegaciones hechas por el departamento de Estado norteamericano” en su informe anual sobre la libertad religiosa publicado el miércoles.
El departamento de Estado afirmó que “la retórica y las medidas tomadas por el gobierno (iraní) crean una atmósfera amenazadora para casi todos los grupos religiosos no chiitas, especialmente los Baha’i, igual que los musulmanes sufíes, los cristianos evangélicos y los miembros de la comunidad judía”.