Jeff Hart y Matt Staffel trabajan perforando pozos de agua para el Ejército de Estados Unidos en Afganistán y, dada su experiencia, fueron reclutados por la empresa Geotec para operar la máquina que este sábado culminó la perforación del túnel que permitirá el rescate de los 33 mineros en las profundidades de la mina San José.

“Hoy llevamos 33 días perforando y es una bonita coincidencia que sean 33 mineros. Es una emoción inexplicable”, dijo a la prensa Jeff Hart, quien opera la máquina y lleva adosada en el hombro de su chaqueta verde la bandera de Estados Unidos.

“Nos llamaron y nos preguntaron si podíamos ayudar. Ambos estábamos en Afganistán, trabajando allá”, contó a la AFP Matt Staffel.

“Llegamos directamente aquí. Lo más probable es que ahora volvamos a Afganistán, no estoy seguro”, añadió.

Jeff y Matt responden escuetamente. Prefieren observar y caminan asombrados entre las carpas del campamento Esperanza, donde las familias de los 33 mineros aguardan el rescate. La gente se les acerca con cariño.

Un familiar le alcanza una gorra a Matt y le pide que la firme. Otros les toman fotos, los abrazan. Una mujer, hermana del minero Darío Segovia, se coloca entre ellos y les pide un beso. Matt y Jeff se lo dan en la boca. La carcajada es general.

Ambos operadores, de una empresa socia a la compañía Geotec, formaron parte del equipo de 55 personas que trabajaron en el plan B de rescate minero.

Este plan, a cargo de la máquina Schramm T-130, tomó como base un ducto ya existente, de 12 centímetros, hecho por una máquina de sondaje, que llega hasta el taller a un al que tienen acceso los mineros, a 624 metros de profundidad.

Primero, la perforadora ensanchó el ducto a 30 centímetros, y luego volvió a agrandarlo, hasta dejarlo en 70 centímetros este sábado.

Paralelamente, dos perforadoras más, acargo de los planes de rescate A y C, seguían trabajando para realizar ductos similares.