¿Sabías lo importante que es dormir una cierta cantidad de horas para quemar grasas y continuar con esa dieta que tanto preocupa a las mujeres?

Sueño influye en la dieta

Imagen: Nathan Lewis en Flickr

Aunque parezca que dormir mucho no ayuda en la dieta pues no se realiza ninguna actividad física, lo cierto es que un estudio realizado en la Universidad de Chicago y publicado en ‘Annals of Internal Medicine’, señala que cuando se duerme poco sólo un cuarto del peso que se pierde es grasa, mientras que, en condiciones normales de sueño, más de la mitad de los kilos que se rebajan son grasa pura.

Esta información también fue confirmada por especialistas del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, quienes afirman que existe relación entre la privación parcial y crónica de sueño con el desarrollo de la obesidad.

Según explicó Plamen Penev, director del estudio, cuando se restringe el sueño aumentan los niveles de grelina, una hormona que estimula el hambre -en especial cosas dulces o grasientas- y reduce el gasto energético, además de “promover la retención de grasas”.

En concreto, si reducimos nuestro sueño a sólo 5,5 horas, perdemos el mismo peso que tras un sueño de 8,5 horas, pero la quema de grasas se reduce a la mitad.

Según informó El Mundo, en la investigación participaron 10 voluntarios, quienes pasaron 28 días vigilados en condiciones de laboratorio. Durante dos semanas, se les permitió pasar ocho horas y media en cama y durmieron en promedio siete horas y 25 minutos cada noche. Los otros 14 días, sólo se les permitió permanecer acostados cinco horas y media, por lo que dormían alrededor de cinco horas y cuarto al día.

Durante las dos etapas de la investigación, perdieron algo menos de tres kilogramos. El argumento de esta investigación es que cuando los voluntarios dormían bien, bajaron un kilo y medio de grasa. Por el contrario, cuando descansaban menos de seis horas, sólo se libraron de unos 590 gramos de grasa, pese a seguir la misma dieta de 1.450 calorías diarias.

Asimismo y dado el efecto de la grelina, cuando los participantes del estudio dormían menos, pasaban más hambre. Debido a ésto, los investigadores creen que los voluntarios podrían haber echado a perder su dieta de no haber estado controlados en el laboratorio.