El Presidente de la República, Sebastián Piñera, irá a la Octava Región 2 veces en menos de 7 días. Su primera visita será mañana a las provincias de Ñuble y Bío-Bío, por el natalicio de Bernardo O’Higgins y las necesidades del pueblo pehuenche. Luego llegará la próxima semana a Concepción, al cumplirse 6 meses desde el terremoto, fecha que, por cierto, a nadie le interesa recordar.

Sin embargo, se quiere que la ocasión sea propicia para hacer un balance de los avances del Gobierno tras la gran emergencia y anunciar lo que vendrá.

Entre los anuncios, dará a conocer el lugar donde estimaron necesario levantar un monumento que nos recuerde la fecha, como si no bastara caminar por las calles para no olvidarlo.

Lo harán y con una inversión de 500 millones de pesos, plata que sería mucho mejor la destinen, por ejemplo, a reparar calles. Y si de monumentos se trata, podríamos levantar uno – financiado por colecta pública- pero a la inoperancia de antes y de ahora.

En una de esas, bastaría con comprar una barcaza vieja y ponerla en tierra o colocar un trozo de puente mecano en medio del Parque Ecuador… y estamos dispuestos a recibir otras sugerencias.

Lo cierto, es que anunciar un recordatorio del 27 de febrero, a 6 meses de la tragedia, no sólo es innecesario, sino también sería lo más parecido a una bofetada en el rostro de cada uno de los miles de afectados en la zona.

Llegó el momento de poner más inteligencia y cordura en las decisiones que toman en el Gobierno y, si eso no fuera posible, por lo menos que pregunten en casa antes de tomar decisiones en Santiago.

El monumento al terremoto de fines de febrero puede botarlo al río Bío-Bío, si insisten en levantarlo. Al mismo río donde eliminaron dos tercios del destruido Puente Viejo, aunque la licitación establecía que todo -incluyendo pilares- debía ser sacado del lugar, en camiones.

Pero claro, usar el río como basurero les permitó ahorrarse plata a la empresa contratista que ganó la licitación.

Monumento al terremoto ahora no, tenemos muchos otros que podríamos regalar como recordatorio e instalarlos frente a La Moneda, en la Plaza de la Constitución.

Escucha la crónica del periodista Salvador Schwartzmann: