El presidente estadounidense, Barack Obama, inició el lunes una gira que lo llevará en tres días a cinco puntos de todo el país, para defender su balance legislativo y recaudar fondos con vistas a las elecciones de noviembre, antes de tomarse 10 días de vacaciones en familia.

Luego de un fin de semana relámpago en Florida, donde prometió a los residentes víctimas del derrame en el Golfo de México que no los abandonará, Obama voló el lunes desde la capital a Milwaukee (Wisconsin, norte), donde visitará una planta de generación eléctrica de origen no contaminante.

También apoyará al candidato demócrata a la gobernación del estado, a dos meses y medio de las elecciones legislativas de medio mandato, en noviembre.

Tras una escala el lunes por la noche en Los Ángeles (California, oeste) para asistir a una cena privada en busca de fondos para el Partido Demócrata, volará el martes hacia el estado de Washington (noroeste), donde pronunciará un discurso en Seattle sobre la economía y respaldará a una senadora correligionaria que busca un nuevo mandato.

El miércoles estará consagrado a la campaña electoral en estados estratégicos: Ohio (norte), cuyo gobernador demócrata busca la reelección, y Florida (sudeste), donde el candidato de su partido podría obtener un escaño disputado entre tres.

Terminada esa maratón de más de 10.000 km, Obama, acompañado de su esposa, Michelle, y de sus dos hijas, partirá hacia Martha’s Vineyard, una isla de Massachusetts (noreste) donde se tomará diez días de vacaciones hasta el 29 de agosto, cuando tiene previsto visitar Nueva Orleans para los cinco años del devastador paso del huracán Katrina por Luisiana (sur).