La vida de una inglesa oriunda de Essex ha dejado boquiabiertos a miles de curiosos alrededor del mundo luego de aseverar que, desde hace 10 años, la única comida que atraviesa por su boca es ¡Aquella proveniente de bolsas de papas fritas y suflitos!
Debbie Taylor (30), quien trabaja como camarera en un hotel, ha declarado que ella no puede vivir sin sus paquetes de “Monster Munch” (unos suflitos con forma de pie) y, de hecho, cuando intenta comer cualquier otro tipo de alimentos comienza a sentir asco e incluso dolores estomacales.
Pero esto no comenzó hace poco, sino que cuando Taylor era una adolescente. Luego de ser víctima del bullying en su escuela debido a su sobrepeso, la británica sufrió de anorexia entre los 14 y 17 años y cuando se recuperó, en vez de comer de forma saludable, desarrolló otro desorden alimenticio: su obsesión se centraba en un alimento en especial.
Fue así que entre los 17 y 19 años lo único que comía era maní y, más tarde, degustó solamente pan por otro período. Para tranquilidad de su familia, la mujer quedó embarazada a los pocos meses y, por primera vez en mucho tiempo, tuvo una dieta equilibrada.
Entonces ¿Qué ocurrió después? Un día de 2001 se enfrentó a un envase de papas fritas de bolsa y no las soltó durante los próximos 8 años hasta que encontró una nueva fascinación: los suflitos con sabor a carne.
“Sé que puede sonar extraño para muchas personas, pero funciona para mi. No estoy haciéndole daño a nadie más y mi corazón aún no para, así que hasta que no me cause problemas serios seguiré comiendo feliz mis suflitos favoritos”, señaló Taylor a Mirror.
La inglesa, quien vive con su marido Gerald y sus dos hijos, dijo que los Monster Munch son parte de su vida y que cuando va al supermercado trata de camuflar las docenas de bolsas con algún alimento más “normal” como dulces y Coca-Cola. Sin embargo, las cajeras siempre terminan preguntándole “Señora, ¿Tienen una fiesta esta noche?”.