Compleja situación producto de esta catástrofe. En Hamburgo, Alemania, chilenos residentes, chilenos-alemanes y también alemanes, movidos por la solidaridad, hicieron su aporte para cooperar con los habitantes de Talcahuano.
Desde el mismo día en que se produjo el terremoto del pasado 27 de febrero, chilenos residentes habitantes alemanes que alguna vez estuvieron en Chile se interesaron en saber lo que estaba pasando en la zona afectada y ver cómo podían ayudar.
En Hamburgo, donde está la sede de la institución Kellun-Mapuche-Hilfe e.V., que preside el chileno Carlos Sanhueza, se vieron muy tocados por las noticias vistas en televisión e internet. “Nuestros amigos, colegas del trabajo y mis amistades nos preguntaban cada vez que nos veían sobre la situación en Chile, muchos saben que soy de esa zona y más querían saber cuando les contaba de que era de Talcahuano…”, relata Carlos vía mail desde Alemania.
Precisamente Kellum-Mapuche estaba preparando el envío de un contenedor a la comuna de Santa Bárbara, lugar donde habían apadrinado una escuela, pero el sismo y posterior maremoto los llevó a decidir el envío de ayuda a escuelas y la comunidad en general, afectada por esta catástrofe.
“Nuestro llamado tuvo un eco muy grande, mi celular sonaba a cada rato, llamados de personas que no conocía, que deseaban cooperar con todo tipo de cosas. Era impresionante ver cómo llegaba la gente con paquetes, bolsas llenas de distintos artículos, los alumnos de algunas escuelas reunían de todo e incluso dinero para ayudar a pagar el transporte del contenedor. Era conmovedor ver esto, todos dispuestos a ayudar de cualquier forma, los chilenos de Hamburgo han realizado distintas actividades para apoyar”, cuenta Carlos Sanhueza con emoción.
Así, con apoyos de autoridades, instituciones y voluntarios, se pusieron manos a la obra para embalar todo lo recibido en más de un mes y medio de actividad, y llenar un contenedor para enviarlo a Talcahuano.
En dos etapas pudieron llenar el contenedor, gracias al apoyo de la familia, de amigos y de voluntarios que quisieron cooperar. Fue un trabajo arduo, explica, pues hay que tratar de aprovechar el espacio lo mejor posible. Pero el objetivo se logró y el contenedor estuvo listo para iniciar su viaje a Talcahuano.
El contenido consiste mayoritariamente en ropa de todo tipo y para todas las edades; zapatos, utensilios de cocina, herramientas, artículos deportivos, bicicletas, juguetes, mochilas para escolares escuelas básicas, equipos de laboratorio fotográfico, una fresadora para metales, computadoras, scanner e impresoras, además algunos chilenos enviaron ayuda para algunas escuelas de Hualpén, Lota y Santa Bárbara.
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