La calidad de los caminos y terrenos altos es la preocupación de los alcaldes de las zonas cordilleranas de la provincia del Bío-Bío que abogan para que las autoridades ministeriales reserven recursos para enfrentar futuras emergencias.

El riesgo que el terremoto del pasado 27 de febrero haya afectado la calidad de los suelos que frente a las futuras lluvias y nevasones socaven las laderas de cerros y montes y causen rodados y aludes que corten rutas y afecten a las comunidades cordilleranas.

El presidente de la Asociación de Municipios Cordilleranos de Bío-Bío y jefe comunal de Antuco, Claudio Solar, dijo que pese a que esas zonas fueron poco golpeadas por el movimiento telúrico, el temor ahora es que las rutas colapsen por el invierno, con fisuras que ahora no son perceptibles.

El edil dijo que por esta razón su municipio está reservando recursos para enfrentar las futuras emergencias pero abogó para que las autoridades ministeriales consideren este efecto post terremoto.

Esta preocupación se suma a la expresada por el Servicio Nacional de Geología y Minería y la Universidad de Concepción en orden a que el movimiento telúrico afectó notablemente la calidad de los terrenos, problema que recién se percibirá con las próximas lluvias.