El ministro de Hacienda Felipe Larraín informó hoy que el déficit fiscal estructural para 2010 será de 1,2% del Producto Interno Bruto (PIB), esto sin considerar el plan de reconstrucción tras el terremoto del pasado 27 de febrero.

El secretario de Estado explicó que “al aprobarse la ley de presupuesto para 2010 se estimaba un balance fiscal del 0% del Producto Interno Bruto (PIB), la situación proyectada para 2010 con datos a febrero, sin considerar el plan de reconstrucción nos indica un déficit estructural equivalente al 1, 2% del PIB.

“La ley de Presupuestos 2009, se aprobó con un crecimiento de 5,7% respecto de 2008, lo que luego se aumentó a 14,5% al considerar el plan de estímulo fiscal para hacer frente a la crisis económica internacional. Como resultado del mayor gasto y los menores ingresos se generó un déficit efectivo equivalente a un 4,4% del PIB, que a su vez implicó un déficit estructural equivalente a un 1,2% del PIB”, agregó el ministro.

El Ministro de Hacienda destacó que “este cambio en la situación fiscal no se explica por una menor estimación de ingresos esperados. Por el contrario, el cambio en el escenario macroeconómico ha implicado un leve aumento en la proyección de ingresos. Actualmente éstos se estiman en un 2,1% más que lo presupuestado, lo que se debe principalmente a un mayor crecimiento esperado de la demanda interna y a un aumento en el precio esperado del cobre, aunque contrarrestado por un menor tipo de cambio esperado”.

Por lo anterior, “la nueva situación fiscal se explica por un aumento en la proyección de gastos para 2010, que es 3,3% superior a lo contemplado en la ley. Esto no se debe confundir con sobre-ejecución, pues a febrero se había ejecutado un 14,1% de la ley aprobada, avance no particularmente alto si se toma como referencia el avance a febrero de 2009 que llegó a 15,2%”, agregó.

Según el ministro, el mayor gasto es consecuencia de incorporar en el presupuesto del año un conjunto de compromisos adquiridos con posterioridad a la aprobación de la ley, que suman US$1.481 millones. Entre ellos, se destacan proyectos de arrastre del MOP, IND, JUNJI y otros; una mayor tasa de ejecución de subsidios habitacionales; un mayor reajuste de remuneraciones del sector público; un mayor gasto por intereses de deuda pública; y un mayor reajuste de subvenciones educacionales.

“En definitiva, el punto de partida deja un espacio limitado para implementar el Plan de Reconstrucción y el Programa de Gobierno. Para poder financiarlos de manera responsable, el Fisco acudirá a variadas fuentes de financiamiento, incluyendo reasignaciones presupuestarias, ahorros, endeudamiento, venta de activos prescindibles, fomento a las donaciones y ajustes tributarios moderados”, detalló.

En ese sentido reiteró que el plan de financiamiento para la reconstrucción tras el terremoto del 27 de febrero implicará un alza de moderada de impuestos, aunque precisó que “no nos hemos comprometido con ningún tributo en especial”, agregando que “aquí va a haber un componente de financiamiento que va a tener un ajuste tributario moderado”.

Con respecto a la emisión de bonos, Larraín indicó que “es una de las opciones que estamos considerando”. Sobre la venta de activos, el ministro precisó que “no se va a privatizar Codelco ni Enap”.