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Con fans que acamparon en las afueras del Club Hípico, un contingente de más de 600 carabineros y la euforia de los adictos al metal, se dio inicio al esperado concierto que ofreció Metallica, la banda de californiana que ha marcado generaciones.

9:25 de la noche, y las más de 50.000 personas que llegaron hasta el Club Hípico al fin podían disfrutar de todo el virtuosismo de la banda.

El grupo comenzó el concierto con ”Creeping death”, la clásica canción del disco Ride the Lighting con la que han inaugurado todas las fechas latinas de su “Death Magnetic Tour”, canción que fue antecedida por imágenes de la clásica película “El Bueno, el Malo y el Feo”.

Más de 10 años habían pasado desde su última presentación en nuestro país, cuando en 1999 lograron reunir a 20.000 personas en la pista atlética del Estadio Nacional.

Ahora, el éxito fue mayor y el público transversal: abuelos con sus nietos, padres iniciando a sus hijos en el mundo de la música y por sobre todas las cosas, fanáticos que agradecieron la impecable presentación y el recorrido por lo más selecto de su música, “Master of Puppets”, “One”, “Nothing else matters” y “Fade to Black”, fueron parte del repertorio.

En cifras, más de 600 carabineros, 400 guardias privados, 90 toneladas de equipo, 55.000 fanáticos, decenas de personas que burlando a los guardias lograron ingresar a cancha Vip, y 2 horas 10 minutos de concierto con fuegos artificiales y llamaradas incluidas.

7 micrófonos alemanes distribuidos en el escenario de 21 metros de largo permitieron que el cantante James Hetfield, compartiera con quienes habían llegado temprano para poder estar cerca del grupo.

A la salida.

La gente recién comenzaba a abandonar el recinto, proceso que duró cerca de una hora, cuando la banda ya se desplazaba por las calles de Santiago para dejar el país en su avión. Antes, agradecieron el reecuentro con sus fanáticos, regalaron cientos de uñetas, varias baquetas, y se acercaron a agradecer la calidez del público.

Muchos de los asistentes, llegaron el día lunes y esperaron por largas horas a que se abrieran las puertas del recinto… Fueron ellos quienes más sufrieron por la falta de agua y el inclemente sol.

Reclamos que se suman a la ya clásica queja de falta de vías de evacuación del Club Hípico, algo que sin duda mejoró desde el caótico concierto de los Fabulos Cadillacs, pero que aún queda al debe.

En general fue un concierto tranquilo, con algunos detenidos por porte de drogas y un carabinero herido, pero por sobre todas las cosas, un concierto en el cual quedó demostrado que Metallica sigue vigente y tiene para rato.