El gobernante de facto de Honduras, Roberto Micheletti, advirtió el sábado “a los países del mundo” que se mantendrá en el poder hasta el 27 de enero, cuando asuma el próximo gobierno, pese a los constantes pedidos de la comunidad internacional para que renuncie antes.

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“Me voy, quieran o no los países del mundo el 27 de enero, porque sé que hemos hecho lo correcto, lo legal”, aseguró Micheletti la noche del sábado durante un homenaje del grupo cívico “Honduras es nuestra” en la ciudad de San Pedro Sula, 250 km al norte de la capital.
Micheletti, quien asumió el poder tras el golpe de Estado contra el mandatario Manuel Zelaya el 28 de junio, ha desafiado las presiones externas para que renuncie, pese al aislamiento internacional y a la suspensión de la ayuda financiera de parte de la comunidad donante.
“Hicimos lo legal, lo correcto, lo que el pueblo quería. Nadie da un golpe de Estado para quedarse siete meses y las Fuerzas Armadas cumplieron con la Constitución y las leyes”, aseguró el mandatario de facto, al que ningún país reconoce.
Las Fuerzas Armadas expulsaron violentamente a Zelaya de Honduras y lo enviaron en pijama en un avión hacia Costa Rica.
La Corte Suprema acogió el lunes una denuncia por los delitos de abusos y expatración ilegal contra Zelaya, refugiado en la embajada de Brasil desde el 21 de septiembre cuando retornó al país de forma imprevista.
Micheletti, constantemente aplaudido por los presentes, dijo que se irá del poder “con la frente en alto, porque tengo el apoyo del 95% de la población”.
El presidente electo, Porfirio Lobo, y quien respaldó el golpe, asumirá la Presidencia de Honduras el 27 de enero.
Lobo ganó los comicios del 29 de noviembre, solo reconocidos por Estados Unidos, Costa Rica, Colombia, Panamá y Perú.