El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, confirmó el asesinato este martes del gobernador Luis Francisco Cuéllar, quien fue secuestrado el lunes, y ratificó la política de su gobierno de enfrentar militarmente a la guerrilla de las FARC, a la que responsabilizó del hecho.
“Todavía no tenemos la hora del asesinato, la confirmación que sí tenemos es que fue degollado. Miserablemente lo degollaron”, aseguró Uribe al lamentar la muerte de Cuéllar, secuestrado la noche del lunes en su residencia de Florencia, capital del departamento (provincia) de Caquetá, que gobernaba.
“Los altos mandos me han explicado que como había una persecución de la fuerza pública seguramente los terroristas para evitar hacer disparos procedieron a degollar al señor gobernador”, explicó Uribe.
El presidente criticó que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) hayan ofrecido liberar a dos militares que mantienen cautivos a la vez que secuestraban al gobernador de Caquetá al tiempo que demandó de la comunidad internacional que los califique de “terroristas”.
“Hay quienes pretenden darle reconocimiento político a los narcoterroristas de las FARC. Es bueno que la comunidad internacional reflexione: estas acciones que hacen las FARC, el martirio al que han sometido a los colombianos durante casi 50 años, sólo admiten un calificativo: ‘terroristas’”, dijo Uribe.
Durante una alocución radiotelevisada, el mandatario colombiano ratificó también su política de mano dura a las guerrillas izquierdistas de su país: “En medio del dolor ratifico ante ustedes toda nuestra decisión de derrotar al terrorismo. De derrotar este flagelo del secuestro”, enfatizó.
Las palabras de Uribe suponen que el proceso de liberación del sargento del Ejército Pablo Emilio Moncayo, quien el 21 de diciembre cumplió doce años de cautiverio, y del cabo Livio José Martínez, dos rehenes que las FARC ofrecieron liberar en abril, y que era esperada en los próximos días, quedó en vilo.
“No entendemos que mientras ese grupo terrorista realiza este teatro” para la liberación de los dos militares cautivos, “que mientras el gobierno ha dado todas las garantías, ahora este grupo de las FARC la respuesta que da es no liberarlos y proceder a asesinar al gobernador”, refirió Uribe.
Cuéllar, un ganadero quien este martes cumplía 69 años, fue sacado de su vivienda en Florencia -capital de Caquetá- la noche del lunes por una columna de guerrilleros, según el gobierno. Tras incinerar el vehículo en el que era transportado, los secuestradores procedieron a degollarlo, según reveló Uribe.
Tras conocerse del plagio, el gobierno ofreció una recompensa equivalente a medio millón de dólares por información que permitiera dar con Cuéllar. En la alocución, Uribe dijo que la recompensa se mantenía para aquellos que permitan dar con la captura de los responsables del hecho.
La ONU, a través de la Oficina en Colombia del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, condenó el hecho y recordó que “la muerte subsecuente del Gobernador confiere extrema gravedad a la práctica recurrente de esta infracción por parte de dicha agrupación guerrillera”.
Este es el primer secuestro de un funcionario de su jerarquía que ocurre en Colombia desde que Uribe asumió la presidencia en agosto de 2002 y lanzó su política de “seguridad democrática”, que privilegia la estrategia militar para enfrentar a las guerrillas.
El último secuestro de un mandatario regional en Colombia ocurrió en abril de 2002 -antes de la llegada de Uribe al poder- cuando esa guerrilla tomó como rehén al gobernador del departamento de Antioquia, Guillermo Gaviria, muerto durante un fallido rescate en 2003.
Las FARC, con entre 6.000 y 10.000 combatientes, son la guerrilla más antigua de Colombia, con 45 años de lucha armada.