El presidente de facto de Honduras, Roberto Micheletti, se apartará este miércoles temporalmente del gobierno hasta el 2 de diciembre, en un intento de legitimar las elecciones del domingo, que serán desconocidas por buena parte de la comunidad internacional.

“Me voy de aquí (…) porque garantizo que las elecciones van a ser libres, espontáneas y transparentes”, dijo este martes el presidente de facto, quien se retira del gobierno temporalmente en la medianoche de este martes (03:00 de Chile).

El mandatario elegido por el Congreso Nacional el pasado 28 de junio tras ser depuesto en un golpe de Estado el presidente constitucional Manuel Zelaya, se aparta temporalmente de las funciones públicas porque tiene la “seguridad que esto (las elecciones) está en manos del gobierno”.

Micheletti no será sustituido, ya que se separa de sus “funciones públicas” y el país seguirá estando gobernado por el Consejo de Ministros hasta el 2 de diciembre.

Ese mismo día el Congreso Nacional se manifestará sobre la eventual restitución de Zelaya, como contempla el Acuerdo de San José/Tegucigalpa, suscrito el pasado 30 de octubre, y que ha sido declarado “letra muerta” por el presidente constitucional.

El gobernante de facto había anunciado el pasado 19 de noviembre su decisión de retirarse temporalmente para que la atención se “centre en las elecciones” del próximo domingo y “no en la crisis política”.

Entonces precisó que si ocurriera un “trastorno general” del orden y de la seguridad, que amenace la paz de la nación y la tranquilidad del pueblo hondureño (…) “reasumirá inmediatamente” sus funciones.

El gobernante instó a los hondureños a que salgan a votar el próximo día 29 para elegir al futuro presidente, vicepresidentes, diputados y alcaldes.

“Tengamos la valentía de otros pueblos que han estado en guerra y han tenido elecciones”, dijo, tras señalar que el “80% de los hondureños quieren ir a las elecciones”.

Sin embargo, Manuel Zelaya reiteró de nuevo este martes que “los candidatos que ganen las elecciones serán ilegales, serán impugnados”. “Las elecciones serán declaradas nulas, tendrán que repetirse cuando el estado de derecho esté reconstruido”, dijo a radio Globo Zelaya desde la embajada de Brasil, donde se refugia desde el 21 de septiembre tras regresar clandestinamente al país.

El Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado, un conglomerado de sindicatos y movimientos sociales que lo apoyan, aseguraron este martes en un comunicado que “la farsa electoral” del 29 de noviembre “carece de toda legitimidad y legalidad” por lo que llaman a la población a boicotearla.

Según el Frente, el “único camino para volver al orden institucional es la restitución incondicional del presidente Zelaya, y la instalación de la Asamblea Nacional Constitucional”, que fue lo que provocó el golpe de Estado de junio.

El gobierno y la mayoría de los candidatos instan a los 4,5 millones de electores a que acudan el domingo a las urnas.

“No tengan miedo, ya que los militares van a garantizar la seguridad”, dijo Elvin Santos, el candidato del Partido Liberal (PL, derecha) del que son miembros tanto Zelaya como Micheletti.

El gobierno espera superar la crisis política con la realización de los comicios.

El silencio electoral impera desde este martes en el país, cinco días antes de los comicios, como lo prevé la ley electoral.

Todo está preparado para llevar a cabo estas polémicas elecciones, que buena parte de las comunidad no reconocerá, con Argentina, Brasil y Venezuela a la cabeza.

Estados Unidos deslindó la realización de los comicios de la restitución de Zelaya, mientras que el vicepresidente y canciller de Panamá, Juan Carlos Varela, estuvo este martes en Honduras para dar su apoyo a las autoridades para la realización de los mismos.