Bolivia e Irán reconocieron este martes en La Paz el derecho legítimo de los países para el “uso y desarrollo de energía nuclear con fines pacíficos” durante la visita de 6 horas del presidente Mahmud Ahmadinejad a La Paz, la segunda en poco más de 2 años.

Bolivia e Irán “reconocen el derecho legítimo de todos los países, al uso y el desarrollo de energía nuclear con fines pacíficos en el marco del derecho internacional”, según una declaración conjunta.

Ahmadinejad y su par boliviano, Evo Morales, suscribieron una serie de acuerdos políticos y de cooperación.

Ahmadinejad obtuvo similar apoyo en Brasil, donde el lunes se entrevistó con el presidente Luiz Inacio Lula da Silva, quien señaló sin embargo que los programas nucleares debe realizarse “con pleno respeto a los acuerdos internacionales”.

Las gestiones del mandatario iraní en Brasil y Bolivia (este mismo martes viajó a Venezuela) se producen en medio de tensiones entre Irán y las grandes potencias -Alemania, China, EEUU, Francia, Reino Unido y Rusia- que temen que Teherán utilice el uranio altamente enriquecido como combustible para bombas atómicas.

Ahmadinejad fue recibido en La Paz con muestras de rechazo de un grupo de activistas, pero también de bienvenida por gente apostada en la Plaza de Armas de La Paz.

Un grupo de feministas se apostó a la salida del aeropuerto de La Paz con pancartas de protesta escritos en español demandando equidad de género y no violencia en Irán.

‘No a la discriminación de las mujeres’ y ‘Justicia para Neda’ Agha Soltan (la joven asesinada en las protestas postelectorales de Irán en 2009) fueron algunos de los carteles desplegados por manifestantes.

En la plaza de Armas, el presidente iraní se aproximó a saludar al público, donde había compatriotas suyos que portaban pancartas con su foto y saludos en farsi.

Los mandatarios firmaron también un acuerdo para la industralización de las reservas de litio boliviano en el salar de Uyuni.

Bolivia asegura que en Uyuni, el desierto de sal más grande del mundo con 10.000 km2 de superficie, hay unas 100 millones de toneladas de litio, el 50% de las reservas mundiales, y realiza negociaciones para su explotación con las firmas francesa Bolloré, japonesa Sumitomo y coreana Kores.

Morales y Ahmadinejad sellaron igualmente una identidad ideológica “antiimperialista”.

El líder iraní agradeció en farsi “a Dios todopoderoso, porque a pesar de todas las dificultades que provocan el imperialismo y nuestros enemigos, la colaboración entre los 2 países está avanzando cada día más”.

Morales, que propició un intenso acercamiento con Irán desde que ambos países establecieron relaciones diplomáticas en 2007, destacó las “enormes coincidencias” entre La Paz y Teherán.

Los mandatarios plantearon que las naciones poseedores de armas nucleares “adopten lo antes posible las medidas necesarias para su eliminación”.

Durante la primera visita de Ahmadinejad a Bolivia en 2007 surgieron fuertes versiones del interés iraní en el uranio boliviano.

En mayo pasado la cancillería israelí acusó a Venezuela de suministrar uranio a Teherán y señaló que “parece que Bolivia es igualmente un proveedor de uranio del programa nuclear iraní”, una versión negada por Teherán.

Bolivia rompió relaciones diplomáticas con Israel en enero de este año tras los ataques israelíes en Gaza.

Según estudios geológicos realizados hacia 1973, Bolivia tiene 10 vetas de uranio en dos zonas distintas del país.

Según el geólogo y ex ministro de Minería boliviano Dionisio Garzón -citado por el diario La Razón- de lo que se ha explorado hasta ahora de uranio en Bolivia “se encuentra una cantidad todavía muy pequeña y de baja ley para pensar en usos industriales”.

El gobierno bolivianos es hermético sobre el tema del uranio.

En mayo Mohamed El Baradei, entonces encargado del programa de energía atómica de la ONU, expresó la disposición de este organismo de cooperar con Bolivia para explorar minas de uranio con fines pacíficos.