Una expedición en el desierto del Gobi en Mongolia, permitió descubrir una nueva especie de tiranosaurio, al que se le denominó Alioramus altai.

La excursión dirigida por Mark Norell -profesor de paleontología del Museo Americano de Historia Natural- y Michael Novacek, permitió realizar estudios entorno al fósil del animal que aportan antecedentes inéditos sobre este género de tiranosaurios y describe una nueva serie de adaptaciones para la conducta carnívora.

El fósil, que se encontró en perfectas condiciones, permitió reconstruir la apariencia del animal, un tiranosaurio más pequeño, con cuernos, hocico largo y peso modesto. Como revelan los datos publicados en el portal científico Amazings, este animal tendría considerables diferencias con sus parientes cercanos. Sus dientes son delgados, el cráneo tiene uniones musculares pequeñas y débiles, un hocico largo y 8 cuernos que medían unos 12 ó 13 centímetros. Todos rasgos nunca antes vistos en este tipo de dinosaurio carnívoro.

Stephen Brusatte, integrante del Museo Americano de Historia Natural, señala que “Este fósil espectacular nos permite saber que existió una gran variedad ecológica y anatómica en los tiranosaurios, mucho mayor de lo que se creía”. A lo anterior agrega que “No todos los tiranosaurios eran megadepredadores preparados para el acecho y el desmembramiento de presas grandes. Algunos tiranosaurios eran pequeños y delgados. Comparado con el tiranosaurio, este nuevo animal es como una bailarina”.

A pesar de que ya se tenían fragmentos del Alioramus descubiertos por un paleontólogo ruso, este descubrimiento permitió estudiar más a fondo las posibles nuevas características de esta especie.