El vicepresidente e histórico comandante Juan Almeida, “número tres” del gobierno comunista de Cuba, murió el viernes a los 82 años de un paro cardiorespiratorio, tras acompañar a los hermanos Fidel y Raúl Castro desde inicios de la revolución, anunció el sábado una nota oficial.

Almeida

“Con profundo dolor, la Dirección del Partido y del Estado comunica a nuestro pueblo que el Comandante de la Revolución Juan Almeida (…) falleció en esta capital” a medianoche “como consecuencia de un paro cardio-respiratorio”, según una nota del Buró Político del Partido Comunista de Cuba (PCC).

Uno de los únicos tres dirigentes que ostentan el título de Comandante de la Revolución, junto a Ramiro Valdés y Guillermo García, Almeida era vicepresidente del Consejo de Estado (Ejecutivo), miembro del poderoso Buró Político y del Comité Central del PCC, y diputado.

“El nombre del Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque permanecerá por siempre en el corazón y la mente de sus compatriotas como paradigma de firmeza revolucionaria, sólidas convicciones, valentía, patriotismo y compromiso con el pueblo”, dijo el comunicado.

El gobierno de Cuba decretó 12 horas de duelo oficial, cuando la población podrá rendirle homenaje en salones habilitados con sus fotografías en las capitales de las 14 provincias de la isla, según una nota del Partido Comunista (PCC, único) publicada este sábado.

Sus restos “no serán expuestos” y serán inhumados con honores militares en fecha aún por precisar, en el Mausoleo del III Frente Oriental Mario Muñoz Monroy, del que fue fundador y su único jefe, en las montañas de la suroriental provincia Santiago de Cuba, según su última voluntad, añadió el comunicado.

Al morir, Almeida dirigía además la Asociación de Combatientes de la Revolución. “Consagró sus últimas energías a garantizar que la organización fuera un sólido y efectivo baluarte de la Patria”, dijo el comunicado, publicado en primera plana del diario oficial Granma.

Almeida Bosque, nacido en La Habana el 17 de febrero de 1927, acompañó a los hermanos Fidel y Raúl Castro desde los inicios de la lucha que llevó al derrocamiento del dictador Fulgencio Batista y al triunfo de la revolución en 1959.

Muy próximo a los Castro, marcó presencia de la población negra y del carácter popular en el más reducido círculo de poder, en momentos de fuerte racismo y una tradición de generales y doctores en gobiernos anteriores.

(AFP)