Al menos 300 personas están desaparecidas en Taiwán, y las autoridades temen que hayan muerto, luego de que la ciudad donde residían fuera devastada por deslizamientos de tierra, tras el paso del tifón Morakot.

El gobierno de Taipei, acusado de inmovilismo a la hora de ayudar a los damnificados, decidió enviar más tropas para participar en las tareas de rescate de las personas aisladas por los aludes de barro.

Decenas de pueblos quedaron totalmente aislados luego de que el lodo arrastrara a su paso carreteras y puentes.