Viernes 21 febrero de 2020 | 12:04

Bajo un clima de tensión: las veces que el Festival de Viña del Mar aludió e incomodó a la Dictadura

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Para muchos, esta edición del Festival de Viña del Mar será la más tensa desde el regreso a la democracia en Chile, ya que está enmarcada en el denominado Estallido Social y los llamados a “funar” y “manifestarse” han sido varios, desde noviembre en adelante.

Lo cierto es que este evento, en más de 60 años, conserva varias polémicas que están inmersa en el plano político. Más aún cuando Chile vivía años de dictadura y las autoridades de ese entonces asistían al evento.

Fue en ese tiempo en que se forjaron mitos como la frase “A veces, hay que escuchar la voz del pueblo” o las reconocidas censuras que vivieron algunos humoristas durante sus shows. El control que ejercía la junta militar era implacable.

¿Volverá a teñirse de tintes políticos el principal festival musical de Chile?, hasta el momento existe bastante incertidumbre al respecto. Por lo pronto, te dejamos parte de las polémicas más “sabrosas” que involucraron a músicos, humoristas…. y militares.

“Hay que escuchar la voz del pueblo”

Era 1988 y los ánimos estaban altos en Chile. Estaba anunciado un plebiscito para saber si Augusto Pinochet seguiría al mando por otros 10 años, por lo que el clima para un evento de tal envergadura no era el mejor.

José Luis Rodríguez, conocido como “El Puma”, era uno de los artistas latinoamericanos del momento y llegaba en el peak de su carrera. Para esa versión, el venezolano tenía presupuestados dos shows.

Su primer concierto fue el 20 de febrero. La extensión fue de 45 minutos y todo se realizó en completa normalidad. No obstante, la polémica estaba guardada para el día siguiente.

Lunes 21 y el Puma saltaba a la Quinta Vergara nuevamente, el show otra vez se extendería por tres cuartos de hora. Ese tiempo fue necesario para que Rodríguez mostrara todo su talento y despliegue en el escenario, lo que lo hizo merecedor de la antorcha de plata.

Archivo
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No obstante el público de Viña, que ya era conocido como “El Monstruo”, quería más: exigían que el venezolano se llevara la gaviota de plata. Sin embargo, ese año aquel premio estaba guardado únicamente para el ganador de la competencia internacional.

A tanto llegó el ruido generado por el público que, en un momento determinado, Rodríguez detuvo el show y estuvo 15 minutos parado en el escenario sin reanudar. Visiblemente sobrepasado por el momento, el animador Antonio Vodanovic se acercó hasta la alcaldesa designada por la junta militar, Eugenia Garrido, para tomar una decisión.

Mientras tanto, sobre el escenario el “Puma” expresó ante la gente: “Si no quieren que reciba la otra antorcha, no la recibo. Me llevo esta. Y si la voluntad de ustedes es que me lleve la gaviota, pero las reglas no pueden o no exigen, pues sencillamente no acepto la otra antorcha”.

Pasaron los minutos hasta que las autoridades decidieron entregar la Gaviota a Rodríguez, quien cerró el show con una frase que quedaría para la historia: “A veces hay que escuchar la voz del pueblo”.

Dado el contexto social que vivía el país, las palabras del músico sobrepasaron lo que era un festival y adquirieron incluso un carácter político.

Manolo González, el humorista que imitó a Pinochet

1978 había comenzado con una crisis económica bastante grande, por lo que no había grandes nombres entre los invitados a Viña. Por esos días, el humorista Manolo González haría su debut.

Era sabido que González simpatizaba con el régimen y se había presentado en eventos privados de la junta militar. Sin ir más lejos, esa noche estaba presente nada menos que José Toribio Merino en la Quinta Vergara, uno de sus fans.

La rutina del hombre fue sumamente política, lo que generó más de alguna tensión dentro de la organización; pero lo que nadie se esperaba era que González imitara al propio Pinochet en un evento de carácter internacional.

Todo comenzó con: “Yo me imagino integrando la Junta, cómo nos habríamos reído de los problemas. Esa es la imagen de Chile, señores, nuestros militares aceptan el chiste positivo, no destructivo”. Para luego decir con la clásica voz del dictador: “¡He llegado hasta Taltal!”. Lo que vino después, sólo los asistentes a la Quinta lo supieron.

La producción decidió cortar la transmisión del evento, aduciendo que el humorista había nombrado marcas que no patrocinaban el show, causando molestia en los auspiciadores. La medida también enojó al comediante.

“El chiste en que yo le hago una pequeña imitación a mi General Pinochet yo lo hago delante de él, porque el General Pinochet es un hombre con sentido del humor”, expresó en ese entonces al diario La Estrella.

Libre

Era 1974 y Chile vivía fuertes cambios, ya que cinco meses antes se había producido un golpe de estado que derrocó al gobierno de Salvador Allende y la Unidad Popular. Bajo ese contexto, un comediante argentino llamado Edmundo Arrocet se presentó ante el público.

Entre el público estaban el propio Pinochet y su esposa Lucía Hiriart, quienes buscaban dejar una sensación de normalidad social mediante el desarrollo de Festival de Viña del Mar.

Arrocet, conocido como “Bigote”, tuvo una rutina bastante plana (sin sobresaltos) hasta que realizó un acto bastante extraño: se arrodilló ante Pinochet para cantar el tema Libre, de Nino Bravo.

Sin ir más lejos, el argentino puso bastante énfasis en las frases: “Libre, como el ave que escapó de su prisión, y puede al fin volar”.

Años más tarde, Arrocet negó cualquier vinculación con la dictadura chilena e indicó que todo se trató de un homenaje al cantante español Nino Bravo, que había muerto en abril de 1973

“Yo mismo no podía viajar al extranjero por todas las exigencias del régimen. Aquella canción era un homenaje a mi amigo Nino Bravo, fallecido ese mismo año”, indicó.

“Soapisa”

En 1984 el penquista Hermógenes Henríquez, conocido como Hermógenes con H, se presentó por primera vez en el escenario de Viña del Mar con una rutina impensada para la época, que tuvo su momento más álgido cuando imitó a un vendedor de sopaipillas abiertamente homosexual.

En ese entonces, la frase “Soapisa” se hizo popular entre el público, quienes aprobaron la rutina expuesta. No obstante, la organización del evento no tuvo el mismo pensamiento.

Fue así como su show fue cortado por Televisión Nacional de Chile, justo después de los chistes de Hermógenes, quien incrementó su popularidad y fue invitado nuevamente al evento en 1991.

Sin ir más lejos el propio director de la transmisión del evento en ese tiempo, Sergio Riesenberg, indicó ante los medios de comunicación que la rutina era “grosera y de mal gusto”.

Sting y su canción contra Pinochet

The Police fue uno de los grandes números que se presentó en Viña del Mar hacia 1982. Si bien el concierto fue bien evaluado, el comportamiento de los tres integrantes de la banda fue muy cuestionado.

Archivos de la época indican que Sting (vocalista), Andy Summers (guitarrista) y Stewart Copeland (baterista) tuvieron actitudes bastante reprochables con la prensa en el lugar. Sin ir más lejos, recibieron el “Premio Limón” por el trato con los medios

Los tres se retiraron del Chile al día siguiente de su espectáculo. En ese entonces, se pensaba que nunca más volverían al país.

No obstante, en 1990 Amnistía Internacional Chile organizó un concierto en el Estadio Nacional, al cual asistió como número principal Sting, en ese entonces mucho más maduro.

Lo que quedó más grabado de ese show fue una canción que el vocalista inglés dedicó a Pinochet. El nombre del tema es Ellas danzan solas y fue cantado en español ante más de 80 mil personas

Cabe señalar que Viña 2020 tendrá su puntapié inicial este domingo 23 de febrero, ante fuertes medidas de seguridad. Los primeros en presentarse serán Ricky Martin, Stefan Kramer (humor) y Pedro Capó.

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