Un estudio liderado por expertas del Núcleo Milenio Epineuro y la Universidad Andrés Bello, encontró que la contaminación del aire presente en Santiago puede afectar al cerebro, dañando la memoria, empeorando la salud mental de sus habitantes e incluso aumentando el riesgo de Alzheimer.
Previamente, diversas investigaciones ya habían asociado la contaminación atmosférica, en particular las partículas finas y las partículas ultrafinas, con el deterioro cognitivo y las enfermedades neurodegenerativas.
La nueva investigación, que expone el caso de la capital de Chile, se publicó en Science of The Total Environment y sus autoras principales son las doctoras Brigitte van Zundert y Lorena Varela-Nallar, científicas del Núcleo Milenio de Neuroepigenética y Plasticidad (EpiNeuro) y del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la UNAB.
“Analizamos cómo la contaminación del aire, producida por el tráfico, la actividad industrial y la quema de combustibles, afecta el cerebro y la memoria. Para ello usamos un modelo experimental expuesto a la contaminación ambiental del centro de Santiago, una zona con alta concentración de partículas en el aire”, explica en un comunicado la Dra. van Zundert.
La contaminación del aire en Santiago afectaría al cerebro
Las académicas de la UNAB, observaron que después de 7 meses de exposición a los niveles de contaminación del aire en Santiago, esta afectó negativamente la memoria.
“Además, aumentó la ansiedad y provocó comportamientos relacionados con la depresión y la pérdida de interacción social”, señala por su parte la Dra. Varela-Nallar.
De acuerdo con el estudio, a nivel celular, la exposición a la contaminación generó una respuesta inflamatoria en las neuronas y otras células cerebrales, especialmente en el hipocampo, una región clave para la memoria.
“Investigando a nivel molecular, descubrimos que la contaminación induce cambios en marcas epigenéticas asociadas al ADN, es decir, modificaciones químicas que regulan la activación o silenciamiento de genes”, añade van Zundert.
“Estas marcas funcionan como ‘interruptores’ que controlan la expresión génica. Cuando estas marcas disminuyen o se alteran, los genes pueden activarse inapropiadamente, causando daños y afectando el funcionamiento cerebral“, puntualiza.
Mayor riesgo de Alzheimer
También mostraron que es posible que estos cambios en el cerebro se relacionen con problemas emocionales y de memoria, y a largo plazo, aumentar el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
“De hecho, en un estudio anterior de nuestro laboratorio, donde analizamos muestras cerebrales de adultos jóvenes de Ciudad de México, una ciudad con niveles de contaminación similares a los de Santiago, encontramos daños en el ADN y en las mismas marcas epigenéticas”, suma Varela-Nallar.
“Además, detectamos la presencia de la proteína tau hiperfosforilada y placas beta-amiloide, marcas características del Alzheimer”, añade.
La investigación concluyó que vivir en zonas con alta contaminación del aire podría incrementar el riesgo de problemas cerebrales y de memoria en el futuro.
Sin embargo, un dato alentador es que la temporada 2025 se ubicó entre las tres con mejor calidad de aire en invierno en la Región Metropolitana, lo que significa una menor exposición para los habitantes de Santiago este año.
En esta línea, para reducir la contaminación del aire, los expertos recomiendan varias medidas prácticas, entre ellas: usar transporte público eléctrico y caminar o andar en bicicleta, en lugar de usar vehículos particulares para disminuir las emisiones.
Referencia:
Brigitte van Zundert, Lorena Varela-Nallar y otros autores. La contaminación del aire urbano reduce la H3K9me2/me3 en las neuronas olfativas y del hipocampo, lo que se correlaciona con déficits sociales y de memoria. Revista Science of The Total Environment, 2025.