"Yo levanté un sueño": chilena consigue premio internacional por conservación de Picaflor de Arica

Créditos: Cedida

Martes 01 junio de 2021 | Publicado a las 16:48

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“Yo levanté un sueño, pero no podría hacer este trabajo si no estuviera con mis colegas. Esto viene a dar valor a un trabajo gigante que hemos llevado por hartos años”.

Karolina Araya Sandoval, es médico veterinaria egresada de la Universidad de Concepción, desde que comenzó a ejercer su carrera lo hace en su tierra natal, Arica. Es en el norte de Chile donde lleva a cabo su trabajo de conservación de la especie conocida como “Picaflor de Arica”, mismo nombre de su ONG constituida en 2016. Un trabajo que se convirtió en una bella labor, y que hoy se convirtió en un sueño completamente palpable.

“Nosotros ejecutamos e implementamos acciones concretas de conservación. No nos sentamos en la mesa a conversar, sino que actuamos desde lo que sabemos hacer, con mis colegas vamos al campo, estudiamos la especie e intentamos comprender en que estamos fallando”, fueron parte de las palabras de Karolina en entrevista con BíoBíoChile.

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Actualmente las labores destinadas al Picaflor de Arica obtuvieron un reconocimiento internacional, y es que lejos de que esta sea una iniciativa en una pequeña localidad de la ciudad, es una ONG bien constituida con alcance fuera de los limites de Chile, de la que se han escrito artículos publicados en el extranjero.

Prueba de esto, es que recientemente Karolina fue seleccionada como uno de los tres conservacionistas ganadores del premio Future for Nature, concurso organizado a nivel mundial que la escogió entre más de 500 personas para premiarla junto a una conservacionista de Guatemala y otro de Irán.

Proceso de postulación

En conversación con BíoBíoChile la veterinaria mencionó que en su ONG no trabajan con fondos nacionales, ni del Gobierno “nosotros existimos y subsistimos gracias al autofinanciamiento y a socios estratégicos”, de hecho fue uno de ellos quien incentivó a Karolina para postular al premio.

“Me dijo yo siento que tu puedes postular a un premio de carácter internacional, y yo pensé ella es mi amiga y confía en nuestro trabajo así que voy a hacer lo que sea que haya que hacer, la verdad no entendía muy bien lo que era el premio pero como buen chileno, uno siempre piensa que todavía no es suficiente”, comentó la conservacionista.

“Comenzamos con este camino el año pasado, llenamos un formulario, comentamos nuestro trabajo y en definitiva comentamos del proyecto de conservación, adonde apuntaba y que quería hacer yo con este fondo”. Según relató en septiembre les informaron que había más de 500 postulaciones y que estaban clasificados, después, dijeron que 10 postulantes habían clasificado y ellos seguían en la ruta.

“Ya eso era un tremendo logro porque si hay más de 500 personas tratando de proteger una especie alrededor del mundo y nosotros estábamos dentro de los 10, yo sentía que ya había llegado super lejos. Y en marzo nos indicaron que habíamos sido uno de los tres ganadores junto con un colega de Irán y Mónica de Guatemala. Ahí no lo podía creer”, mencionó entre risas la ariqueña.

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El Picaflor de Arica en el podio

“Recuerdo que estaba en la casa. Uno siempre desconfía, sentía que no lo creía porque han pasado tantas cosas que me imaginaba como que quizás iban a usar el dinero para otra cosa y no lo iban a tener para nosotros (ríe). No lo podía creer, porque cuesta mucho conseguir dinero para la conservación, nosotros debemos justificar mucho nuestro trabajo entonces, que viniera alguien de afuera a decir que creía en nuestro proyecto y haya seguido nuestro trabajo, fue una fuerza muy grande, un aliento de que estamos haciendo las cosas bien”, sentenció con orgullo la veterinaria.

Además, Karolina fue clara en agradecer a sus compañeros de la ONG e indicó que “puede estar representado en mi pero, el merito o el premio se va a utilizar en lo que hemos venido haciendo hasta ahora que es trabajar única y exclusivamente por esta especie de nuestra región”.

A esto sumó palabras de agradecimiento a su mentor, el doctor Daniel González Acuña, quien falleció a finales de 2020 y según sus propias palabras, la formó e introdujo en este mundo de la conservación “ojalá todos tuviésemos la fortuna de encontrarnos en nuestro proceso de aprendizaje con profesores, maestros que nos inspiran con su ejemplo”.

¿Ahora cual es el norte?

Luego de este tremendo reconocimiento, la idea es seguir haciendo crecer la ONG, pero ¿cuál es la proyección o hacia donde se apunta ahora? Y en palabras de Karolina “la proyección es seguir haciendo exactamente lo que estamos haciendo, seguir trabajando en esto muchas veces de manera autofinanciada o con escasos recursos. Pero con todo el voluntariado y con la misión de salvaguardar a la especie con acciones concretas”.

Y es que si bien el premio entrega una cantidad de dinero que se utilizará en la conservación del Picaflor de Arica, la profesional comenta que esto no es suficiente para las labores que debiesen llevarse a cabo con la finalidad de preservar esta especie, como por ejemplo, la adquisición de un terreno que permita una conservación de esta.

Se nos ha puesto cuesta arriba buscar financiamiento, los terrenos son muy caros y existen muy pocos. Al estar cerca del desierto más árido del mundo si uno no está en lugares habitables el resto se vuelve super inhóspito, entonces los terrenos también tienen un precio muy alto”, precisó a BíoBíoChile.

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Según comentó Karolina, sus colegas de Latinoamérica compran terrenos por paquete, donde se hacen de hectáreas para preservar especies, en cambio en Chile, “nosotros aquí una hectárea para un terreno a proteger está entre 120 a 150 millones de pesos, lo que es una locura. Es algo que no se logra entender porque cuando busco justificar la importancia de un territorio, de manera objetiva, lo que se ve es un peladero con algunos árboles, se trabaja en condiciones super adversas y cuesta mucho comprender el trabajo cunado no se está en terreno”.

La ganadora del Future for Nature es entusiasta en agradecer el reconocimiento de este premio a su esfuerzo, pero es enfática en decir que aún falta mucho por recorrer, y este sólo es el inicio para la preservación del Picaflor de Arica.

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