Las “monjas de la marihuana” es como se conocen popularmente en California a las “Hermanas del Valle”. Ellas cultivan cannabis orgánico y elaboran productos medicinales, que se venden a consumidores en todo el mundo. Además, no pertenecen a ninguna orden religiosa, ni profesan la fe católica.

Las monjas explican que su creencia tiene relación con la conexión de los seres humanos con la Tierra, la Luna y la naturaleza, asegurando que pueden sanar el mundo.

También explican que el uso del atuendo, no es para burlarse y crear contrariedad como explica la hermana Kate, líder de la comunidad: “No estamos aquí para emular nada de la Iglesia católica. Adoptamos un uniforme con el que la gente se identifica y que tiene un significado. Significa orden, disciplina y limpieza”.

La hermana Kate también explica: “No me importa que me llamen monja de mentira”, justificando que sus intenciones son nobles y no es para dar a conocer una apariencia errónea. Además, agrega que la religión ha hecho “mucho daño” a las personas.

Katheirne Hitt (CC) Flickr
Katheirne Hitt (CC) Flickr

La idea de esta comunidad surgió en 2008, cuando la hermana Kate llegó al condado de Merced, en el Valle Central de California. Al vivir 10 años en Holanda, explica que le costó trabajo adaptarse al mundo rural. En aquella época ya cultivaba marihuana, pero lo hacía como parte de una cooperativa que cerró en 2013.

De aquella experiencia aprendió mucho sobre los efectos curativos del cannabis. Explicó que llegaban muchas personas que pedían su ayuda: “Querían que les enseñara a fumar con pipa ya que no tenían más hígado para asimilar antibióticos, o eran enfermos de Parkinson y necesitaban ayuda para controlar los espasmos”.

Desde este punto decidió dedicarse al cultivo de la marihuana medicinal para elaborar productos con fines curativos, en el marco de una orden feminista que empoderara a las mujeres y volviera la mirada hacia la sabiduría de las comunidades nativas.

También las “madres del cannabis” especifican que su misión es quitarle poder a las farmacéuticas y a las corporaciones, para situar nuevamente a la clase trabajadora y estimular la economía local. Uno de los productos más solicitados son los ungüentos, los cuales llegan a todos los rincones del mundo.

“La mejor medicina de todas: la creación de empleo. El 95% de las enfermedades están relacionadas con la pobreza y la falta de empleo, si hubiera más trabajo, desaparecerían muchas adicciones”, afirmó la hermana Kate, en un entrevista realizada por BBC Mundo.

De este modo, demostró que la creencia de las hermanas va mucho mas allá del cultivo de marihuana medicinal, sino que desean un cambio revolucionario del sistema en general.