“Tengo claro que lo que hubo aquí fue una cantidad insuperable de errores, que provinieron de una falta de coordinación y de conocimientos. Carabineros con la Policía de Investigaciones se enfrentaron entre ellos para ver quién llegaba primero”, así de categórica fue la ministra Carola Rivas al describir los primeros peritajes efectuados tras la desaparición de Jorge Matute Johns, ocurrida el 20 de noviembre de 1999.

Tras la entrega del sumario de la investigación por parte de la magistrada a la familia del joven desaparecido -donde quedó de manifiesto que la muerte de Coke se debió a la ingesta del fármaco pentobarbital-, una serie de hechos quedaron al descubierto, siendo un ejemplo de aquello la tensión existente entre la policía civil y uniformada a la hora de recabar información de lo ocurrido.

Lee también: Informe final: Matute murió por fármaco que le suministraron para abusar sexualmente de él

Esto quedó de manifiesto cuando el comisario Carlos Stuardo interrogó a un testigo -que solicitó mantener su identidad en reserva- el 2 de diciembre de 1999, testimonio que dejó en evidencia un posible “modus operandi” por parte de un grupo de personas, quienes tenían como dinámica introducir drogas en tragos de jóvenes, usualmente en discotecas alejadas de la capital penquista, con el objetivo de tener sexo casual luego de ofrecerse a trasladarlos en sus vehículos.

Sin embargo, esta línea investigativa -como causal de la desaparición de Matute- no se siguió, luego de que el comisario Héctor Arenas, proveniente de Santiago, tomará el liderazgo de la investigación y determinara que esta arista “no se investiga más”.

Procedimientos errados

Volviendo a los procedimientos realizados tanto por la Policía de Investigaciones como por Carabineros, Carola Rivas fue enfática al señalar que “destruyeron sitios del suceso, destruyeron evidencia, porque cuando ellos toman los testigos los presionan y oprimen hasta destruirlos como testigos”.

Lee también: Abusos, violaciones y fármacos: el oscuro mundo que queda al descubierto con muerte de Coke

La ministra no detuvo sus críticas ahí, manifestando que “generaron líneas de investigación total y absolutamente irracionales; lo que hacían unos era desconocido por los otros, cero coordinación”, acotó.

Siguiendo en esa línea, quien se hiciera cargo de la investigación del emblemático caso en 2014, apuntó a la falta de conocimiento de la zona por parte de quienes llegaron desde la capital a participar en los procedimientos iniciales.

“Quienes venían de Santiago tenían cero conocimiento de la realidad de la entretención en Concepción”, señaló la magistrada, añadiendo que los errores vinieron de no entender “cómo se divertían los jóvenes en esta ciudad: qué significaba una fiesta electrónica, qué tipo de asistentes concurrían; qué tipo de drogas se utilizaban como entretención, y a qué fármacos acudían los jóvenes con esa misma finalidad, sin ser cocaína ni marihuana”, cerró.