Cada año, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes reconoce con la distinción de la Unesco, Tesoros Humanos Vivos, a cuatro chilenos por portar el patrimonio cultural inmaterial del país. Este miércoles, la presidenta de la República, Michelle Bachelet, junto al ministro de Cultura, Ernesto Ottone, hicieron entrega de estas insignias en La Moneda a los vencedores.

Los Tesoros Humanos Vivos 2016 son: la familia Marilicán Lindsay de la región de Los Lagos, las Palomitas Blancas de Laraquete de la del Bío Bío y, en el plano individual, Sergio Guzmán de la región Metropolitana y Basilia Santos Escalante Escalante, de la región de Atacama.

“Todo esto es lo que nos hace una nación plural y diversa, que encuentra precisamente en su diversidad la fortaleza para integrarse a un mundo complejo y lleno de riesgos pero que sabe valorar la riqueza de las culturas ancestrales“, proclamó Bachelet.

Salimos al mundo orgullosos de ser quienes somos, conscientes de que nuestro pasado nos entrega las herramientas para desenvolvernos en un escenario en que cada particularidad debe encontrar su espacio, como cada hebra de lana encuentra su sitio, su función y su sentido en la trama que las manos humanas van tejiendo”, destacó la presidenta.

Además de poseer este preciado título, los reconocidos recibieron un estímulo económico de tres millones de pesos para los cultores individuales y siete para los colectivos.

El Departamento de Patrimonio Cultural del Consejo de la Cultura trabaja para contribuir a que el patrimonio cultural inmaterial chileno sea identificado, reconocido y no desaparezca.

Esta distinción de la Unesco, además de en Chile, se entrega en siete naciones más alrededor del mundo: Corea, Filipinas, Tailandia, Rumanía, Francia, República Checa y Bulgaria.

“El Estado, al reconocerlos como Tesoros Humanos Vivos, lo que hace es adquirir un compromiso para la puesta en valor, registro, trasmisión y salvaguardia de este valiosísimo patrimonio inmaterial”, sostuvo.

Basilia Santos Escalante Escalante

Nacida un 15 de marzo de 1929 en la Quebrada ‘El asiento’ en la comuna de Diego de Almagro en la región de Atacama. Se casó a los 16 años y tiene 10 hijos, 4 mujeres y 6 hombres. Durante mucho tiempo, su vida fue la trashumancia de veranadas e invernadas ofreciéndolas a la pachamama y viviendo de lo que ésta le entrega.

La señora Basilia es una mujer líder reconocida como Matriarca Colla, por la gran sabiduría, experiencia y conocimientos ancestrales que posee. Además, produce queso, esquila el bellón de las ovejas o, entre otros, confecciona frazadas con lo que le retira a los animales.

Por ser defensora y difusora de su cultura, por su gran sabiduría ancestral, sus valiosos conocimientos y experiencias sobre la naturaleza, se convierte en Tesoro Humano Vivo de este año.

Sergio Guzmán Vallejos

Sergio Guzmán, Tito, ha desarrollado el oficio tradicional de hacer títeres y marionetas, en su versión popular desde el año 1958. Gracias a su permanente trabajo con el títere itinerante y su entusiasmo y amor por esta tradición, ha transmitido a distintas generaciones el conocimiento del oficio.

Además de ejecutor y artesano, ha escrito también sus propias obras. La primera de ellas fue ‘El Rey que no sabía sumar’. Se trata de una artesanía sincrética, que ha perdurado en su vertiente tradicional durante más de 5 siglos en América Latina.

Se le entregó el reconocimiento de Tesoro Humano Vivo 2016 por que representa la larga trayectoria en un oficio ligado a la cultura popular urbana.

Familia Marilicán Lindsay

Los hermanos Clodomiro y Dagoberto son artesanos de la localidad de Llanco en la comuna de Ancud, en la Isla Grande de Chiloé. Su especialidad es la cestería en fibra de quilineja, una planta trepadora que crece en bosques templados de la zona.

Aprendieron este oficio de sus padres: Don Juan y Doña Ángela. Actualmente, la quilineja se encuentra en un estado de preocupante escasez, debido a la acelerada destrucción del ecosistema.

Por su trabajo permanente y exclusivo en esta cestería en fibra vegetal, por ser custodios y transmisores de estos saberes únicos son Tesoros Humanos Vivos chilenos.

Palomitas blancas de Laraquete

Esta agrupación de mujeres de familias pescadoras de la localidad de Laraquete, en la región del Bío Bío se han organizado desde hace más de un siglo para elaborar y vender tortillas con marisco.

Este sandwich simboliza la unión de las tradiciones campesinas y marinas pero también su esfuerzo ha significado el desarrollo de una localidad donde las mujeres han tenido un protagonismo histórico muy relevante.

Portan, desde este miércoles, la insginia de Tesoros Humanos Vivos 2016 por el mantenimiento del patrimonio alimenticio, con sus tortillas de rescoldo, a través de la organización femenina y la memoria colectiva.