Italia elegirá un nuevo gobierno en menos de tres semanas, pero el debate más que en la reactivación económica o los casos de corrupción, se ha centrado en la política migratoria del país y algunos casos que cruzan el límite del racismo.
El tema del racismo y el control de la inmigración ocupó titulares la última semana, cuando el pasado sábado un excandidato a diputado de Lega Nord, llamado Luca Traini, disparó en contra de seis personas de raza negra al grito de “viva Italia”.
Traini fue detenido tras los disparos, en los allanamientos posteriores a su vivienda se halló una copia del libro Mein Kampf, escrito por Adolf Hitler, además de otros objetos de propaganda fascista.
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Matteo Salvini, líder de la ultraderecha, había llamado hace algunas semanas a defender la “raza blanca” y afirmó que el ataque perpetrado por Traini se debió a que la “inmigración descontrolada conduce al descontrol social”.
En sus primeras declaraciones a la policía, Traini afirmó que el asesinato de Pamela Mastropietro, una joven de 18 años, desencadenó su ataque contra los africanos en las calles de Macerata.
Una semana antes de que el hombre perpetrara el ataque contra las 6 personas de origen africano, Mastropietro había escapado de un centro de rehabilitación de drogas en el pueblo de Macerata (norte de Italia), donde Traini había sido candidato a diputado.
Tras escapar de la clínica, la joven contactó a un traficante de drogas nigeriano, luego de eso se perdió su pista durante dos días, hasta que hallaron sus restos descuartizados en dos maletas, consignó diario El País de España.
Hasta el momento tres personas han sido detenidas por el macabro asesinato de Pamela, todas de origen africano, razón por la cual algunos políticos en campaña han aprovechado de lanzar propuestas para controlar la inmigración.
Fue el caso del siempre oportuno Silvio Berlusconi, que tras el tiroteo protagonizado por Traini, anunció que si su coalición obtiene la primera mayoría expulsará de Italia a más de 600 mil inmigrantes indocumentados.
Desde el Partido Democrático (centroizquierda), su líder Matteo Renzi, insistió en que reforzarán la seguridad el país y buscarán nuevos acuerdos para controlar la inmigración que llega a través del mediterráneo.
Curiosamente, ningún político ha tenido algún tipo de acercamiento hacia las víctimas del tiroteo protagonizado por Traini.
Además de los partidos que integran la coalición de derecha -Lega Nord, Forza Italia de Berlusconi y el nacionalista Hermanos de Italia- también el partido fascista CasaPound, que aspira a entrar al Parlamento, ha realizado diversas manifestaciones exigiendo un mayor control migratorio.
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El diario La Repubblica realizó un sondeo tras la muerte de Mastropietro y Traini, que reveló que el 71% de los italianos considera que hay mucha presencia de extranjeros y para el 31% es el principal problema del país.
En la misma línea, el 65% de los italianos evalúa de forma negativa como los gobiernos del Partido Democrático gestionaron la crisis migratoria, pues en los últimos cinco años más de 600 mil embarcaciones con migrantes han llegado a la península.
