Entre los logros más valiosos de esta propuesta se podría mencionar la capacidad del dramaturgo francés Florian Zeller (37) de incursionar en el contradictorio laberinto de una mente con alzhéimer y darle un sentido “concreto” a esa experiencia humana, mezcla de realidad e irrealidad, a través del muchas veces despreciado recurso del realismo escénico.
También, que el director Marcelo Alonso recoja este desafío y lo exponga con sus relieves, contrapuntos, contradicciones, confusiones, afirmaciones o ausencia de respuestas, de modo que ambos niveles asomen como parte de una misma entidad.
Una trama compleja y delicada protagoniza un hombre de 80 años que ha empezado a olvidar o confundir las cosas y su entorno, aunque tiene también muchos momentos estables.
Son cambios siempre impactantes para una hija que, poco a poco, se va dando cuenta de lo que le sucede al papá e intenta entender y sintetizar lo que pasa, junto con buscar establecer una comunicación adecuada.
Traducida por Simón Morales, esta exitosa obra en el plano internacional, con tres premios Mòliere, pertenece a un autor que también escribió “Si tu mourais” (2006, Premio Jeune Théâtre de la Academia Francesa) y que llegó a Chile con la producción de The Cow Company.
Recursos y logros
Interesante y efectiva es la opción del dramaturgo de traspasar al escenario el factor de la confusión en la vida del padre: dos personajes que sólo él ve, alternativa que da materialidad a un mundo que existe, que es real y que, sobre todo, dialoga de alguna manera extraña con el enfermo de alzhéimer.
También se expone en escena cómo se debilita con los años la fuerza de un hombre, junto con dejar en la penumbra si esa nueva condición realmente es o no percibida por el afectado, si le asusta… Una interrogante de verdad corrosiva.
No se idealiza ni demoniza a la hija. Sus reacciones ambivalentes se explican porque, aunque siente cariño por su papá, se defiende de los efectos de una relación que altera el ánimo, provoca cansancio, molestia, angustia… más aún si, en momentos, su padre la considera enemiga.
La obra, con gran sutileza, equilibra el humor de la comedia… y de la tragedia, cuando en la vida cotidiana asoman olvidos, confusiones, recuerdos parciales, distinta velocidad en las conductas cambiantes, además de delirio, temor y paranoia, todo acompañado por el acertado diseño de iluminación de Cristian Mayorga.
Obviamente, que la vitalidad de Héctor y Amparo Noguera es fundamental en una matriz de actuación que el director diseña sin estereotipos para graficar estados de ánimo, lo que da cercanía y credibilidad.
Sin embargo, al final, lo que atrapa al espectador es lo emotivo de la obra, lo humano simple y complejo a la vez, tratado con ternura y amor… pero que incluye modos que se critican o condenan, como la falta de paciencia, reacciones desesperadas, querer arrancarse del problema… Todo humano, muy humano.
Teatro UC. Jorge Washington 26. Miércoles a sábado, 20.00 horas. Entrada general $ 8.000; Adulto mayor $ 6.000; Estudiantes y miércoles populares $ 4.000.
