Jóvenes y títulos internacionales: ‘Deudas’ a saldar por Guardiola antes de dejar Bayern

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El fútbol que practica actualmente el Bayern München se ajusta a uno de los modelos más progresistas e interesantes del concierto internacional, donde hay muy pocos equipos a su altura. En el club bávaro destaca como característica principal la existencia de una idea de juego muy propia, que es a la vez novedosa y ha sido asimilada por sus futbolistas a la perfección.

Ese es el fruto del trabajo de Pep Guardiola, cuyo paso por el Bayern podría calificarse como un absoluto éxito si solo se evaluara la identidad futbolística que le dio al equipo. Pero cuando el club alemán contrató al famoso entrenador catalán, tanto la directiva como la afición bávara confiaban en alcanzar de su mano otras metas igual de importantes, que dos años y medio después de su llegada aún no se cumplen.

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¿Y el dominio internacional?

El Bayern de Pep Guardiola no se cansa de romper en Alemania un récord tras otro, ejerciendo un dominio apabullante sobre sus rivales en la Bundesliga. Esto, sin embargo, responde a las expectativas normales de un club que en el siglo XXI acumula 10 títulos nacionales, de los cuales solo dos van a la cuenta del afamado entrenador.

El balance local de Guardiola podría incluso calificarse de pobre, cuando se aprecia que solo ha ganado una Copa Alemana y que ha sido derrotado en las dos Supercopas que ha disputado, pero la realidad es que la evaluación en la que sale peor librado es la correspondiente a su desempeño internacional, el que en Bayern confiaban mejorar con él.

Si se contempla el deseo del cuadro bávaro de trasladar el dominio que ejerce en la Bundesliga al escenario internacional, y la esperanza de hacer este sueño realidad guiado por Pep Guardiola, la asignatura se ha reprobado. El antecesor de Guardiola, Jupp Heynckes, llevó al equipo alemán a dos finales consecutivas de la Champions League, ganando una de ellas. Mientras tanto para el español, en igual número de oportunidades seguidas, el camino terminó en la ronda de semifinales.

Archivo | AFP

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Aún más interesante resulta observar que los rivales en las dos semifinales que disputaron Heynckes y Guardiola fueron los mismos: en la primera oportunidad Real Madrid, en la segunda Barcelona. El español perdió ambas, el alemán las ganó.

Además, los triunfos de Jupp Heynckes le pavimentaron el camino a su sucesor para obtener los dos únicos títulos internacionales que ha logrado con el Bayern: La Supercopa UEFA y el Mundial de Clubes. Desde entonces en Munich no han logrado acercarse lo suficiente a los trofeos europeos y del mundo como para aspirar a ellos con seriedad.

¿Y la promoción de talentos?

Otra expectativa que todavía no se cumple en Munich es la de ver a Guardiola descubriendo, impulsando y apoyando a promesas juveniles del fútbol alemán. El exitoso modelo de la cantera del Barcelona, que tan profundamente conoce el entrenador del Bayern, no encontró espacio en el club campeón de la Bundesliga.

Al revisar el trabajo de Pep Guardiola en este aspecto, la conclusión a la que se podría llegar es que la cantera bávara no cuenta con suficiente calidad. Solo así puede explicarse que el entrenador español no haya integrado de manera consistente en dos años y medio al frente del equipo a ningún futbolista juvenil formado por el club.

Año tras año sonaron nombres de jugadores a los que se probó pero no se apoyó dándoles continuidad. Ni los canteranos Gianluca Gaudino o Lucas Scholl, ni las adquisiciones juveniles Sinan Kurt o Joshua Kimmich (de ellos el que más ha jugado) han conseguido un puesto permanente en un Bayern, para el que Guardiola ha preferido a futbolistas ya formados.

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En vez de darles oportunidad a los jóvenes de acumular minutos y ganar confianza con el primer equipo, Guardiola ha optado por soluciones con mucho recorrido como Arturo Vidal, Xabi Alonso, o Douglas Costa.

Por eso, al entrenador del Bayern aún le quedan algunos meses (termina su contrato en junio de 2016) para cumplir las expectativas de títulos internacionales, y de descubrimiento de talentos que le puedan ser útiles al futuro del fútbol alemán. Además, hasta ahora Guardiola no le ha entregado ningún jugador nuevo al equipo nacional. Muy por el contrario, desde su llegada al Bayern el club ha reducido sus aportes a la selección campeona del mundo.

Desafíos a resolver antes de la partida del oriundo de Sampedor en 2016, cuando sea reemplazado por Carlo Ancelotti.

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El fútbol que practica actualmente el Bayern München se ajusta a uno de los modelos más progresistas e interesantes del concierto internacional, donde hay muy pocos equipos a su altura. En el club bávaro destaca como característica principal la existencia de una idea de juego muy propia, que es a la vez novedosa y ha sido asimilada por sus futbolistas a la perfección.

Ese es el fruto del trabajo de Pep Guardiola, cuyo paso por el Bayern podría calificarse como un absoluto éxito si solo se evaluara la identidad futbolística que le dio al equipo. Pero cuando el club alemán contrató al famoso entrenador catalán, tanto la directiva como la afición bávara confiaban en alcanzar de su mano otras metas igual de importantes, que dos años y medio después de su llegada aún no se cumplen.

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¿Y el dominio internacional?

El Bayern de Pep Guardiola no se cansa de romper en Alemania un récord tras otro, ejerciendo un dominio apabullante sobre sus rivales en la Bundesliga. Esto, sin embargo, responde a las expectativas normales de un club que en el siglo XXI acumula 10 títulos nacionales, de los cuales solo dos van a la cuenta del afamado entrenador.

El balance local de Guardiola podría incluso calificarse de pobre, cuando se aprecia que solo ha ganado una Copa Alemana y que ha sido derrotado en las dos Supercopas que ha disputado, pero la realidad es que la evaluación en la que sale peor librado es la correspondiente a su desempeño internacional, el que en Bayern confiaban mejorar con él.

Si se contempla el deseo del cuadro bávaro de trasladar el dominio que ejerce en la Bundesliga al escenario internacional, y la esperanza de hacer este sueño realidad guiado por Pep Guardiola, la asignatura se ha reprobado. El antecesor de Guardiola, Jupp Heynckes, llevó al equipo alemán a dos finales consecutivas de la Champions League, ganando una de ellas. Mientras tanto para el español, en igual número de oportunidades seguidas, el camino terminó en la ronda de semifinales.

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Aún más interesante resulta observar que los rivales en las dos semifinales que disputaron Heynckes y Guardiola fueron los mismos: en la primera oportunidad Real Madrid, en la segunda Barcelona. El español perdió ambas, el alemán las ganó.

Además, los triunfos de Jupp Heynckes le pavimentaron el camino a su sucesor para obtener los dos únicos títulos internacionales que ha logrado con el Bayern: La Supercopa UEFA y el Mundial de Clubes. Desde entonces en Munich no han logrado acercarse lo suficiente a los trofeos europeos y del mundo como para aspirar a ellos con seriedad.

¿Y la promoción de talentos?

Otra expectativa que todavía no se cumple en Munich es la de ver a Guardiola descubriendo, impulsando y apoyando a promesas juveniles del fútbol alemán. El exitoso modelo de la cantera del Barcelona, que tan profundamente conoce el entrenador del Bayern, no encontró espacio en el club campeón de la Bundesliga.

Al revisar el trabajo de Pep Guardiola en este aspecto, la conclusión a la que se podría llegar es que la cantera bávara no cuenta con suficiente calidad. Solo así puede explicarse que el entrenador español no haya integrado de manera consistente en dos años y medio al frente del equipo a ningún futbolista juvenil formado por el club.

Año tras año sonaron nombres de jugadores a los que se probó pero no se apoyó dándoles continuidad. Ni los canteranos Gianluca Gaudino o Lucas Scholl, ni las adquisiciones juveniles Sinan Kurt o Joshua Kimmich (de ellos el que más ha jugado) han conseguido un puesto permanente en un Bayern, para el que Guardiola ha preferido a futbolistas ya formados.

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En vez de darles oportunidad a los jóvenes de acumular minutos y ganar confianza con el primer equipo, Guardiola ha optado por soluciones con mucho recorrido como Arturo Vidal, Xabi Alonso, o Douglas Costa.

Por eso, al entrenador del Bayern aún le quedan algunos meses (termina su contrato en junio de 2016) para cumplir las expectativas de títulos internacionales, y de descubrimiento de talentos que le puedan ser útiles al futuro del fútbol alemán. Además, hasta ahora Guardiola no le ha entregado ningún jugador nuevo al equipo nacional. Muy por el contrario, desde su llegada al Bayern el club ha reducido sus aportes a la selección campeona del mundo.

Desafíos a resolver antes de la partida del oriundo de Sampedor en 2016, cuando sea reemplazado por Carlo Ancelotti.