Se pudo constatar, a través de las cámaras instaladas, que no hubo emisión de cenizas y en al menos dos zonas pequeñas se detectó incandescencia. Aunque sí se contabilizaron 140 eventos sísmicos localizados alrededor de la caldera volcánica, en Chaitén.

Todo lo anterior confirma que desde enero, al menos, la fase eruptiva del volcán se encuentra en declinación, por lo que se decidió bajar la alerta a nivel 4 amarilla indicó Fernando Gil, vulcanologo jefe del Observatorio en sede de Temuco.

No obstante ello, los peligros colaterales persisten. Gil indicó además que las lluvias podrían generar consecuencias, entre otros factores.

El profesional sostuvo que hay experiencias como la del volcán Pinatua el año 1991, el que luego de erupcionar bajó su intensidad, pero no sus peligros, sobre todo en el domo.

Esta información se sumará a los antecedentes que recolecte el Gobierno.