Al comienzo de la pandemia y la cuarentena, la dificultad estuvo en explicarles a los niños que parques, plazas, salas de clases, casas de amigos y familiares estaban clausurados; ahora el problema es convencerlos de volver a salir y comprender una nueva forma de interactuar en espacios públicos.

Usar mascarilla, mantener el distanciamiento social, higienizar las manos constantemente y evitar a toda costa el contacto con superficies de impacto público, como el caso de juegos infantiles en parques y plazas.

Porque sí, la actividad física al aire libre trae consecuencias positivas para la salud de los niños, especialmente en el ámbito psicológico.

Salir da una sensación de libertad, de sentir nuevamente el cuerpo en contacto con la naturaleza, lo que los lleva a un estado de mayor bienestar”, comenta Carolina Silva, psicóloga infanto-juvenil de PsicologíaChile.cl, plataforma de terapias de salud mental a distancia.

La especialista recalca que el paso desde el encierro hacia el exterior debe ser gradual y siempre respetando las medidas sanitarias impuestas por la autoridad y, a la vez, entendiéndolas como una nueva forma de vivir.

“Los niños llevan mucho tiempo aislados de la sociedad y en algunos casos la reinserción en espacios públicos y concurridos -aun con distanciamiento social- podría causar cuadros de estrés y angustia en los más chicos que todavía no acaban de entender porqué se pasaron tantos meses sin salir y ahora sí pueden hacerlo”, recalca la profesional en psicología infantil.

“Es fundamental que los adultos los acompañen en todo momento y estén atentos a cualquier signo que requiera contención emocional”, añade.

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Reconstruir la confianza con el entorno

Para volver a salir con seguridad y reconstruir la confianza con el entorno exterior es importante hacerlo de a poco y en espacios conocidos. “Si se vive en un condominio, lo recomendable es salir a las áreas comunes y luego, gradualmente, incorporar paseos alrededor de la manzana”, complementa.

“Lo mismo aplica para quienes viven en casas independientes, que se aconseja que salgan con sus padres o cuidadores a recorrer distancias cortas cercanas a su casa, reconociendo los espacios de siempre y volviéndolos a ver como lugares seguros”, destaca la psicóloga.

A lo que agrega que también es recomendable dar paseos en el auto porque ayudan a volver a incorporar de a poco la escenografía exterior a la realidad de los más pequeños.

“En los cinco meses de confinamiento y aislamiento social, los niños han dejado rutinas de traslado hacia sus colegios, casas de familiares, amigos, restaurantes, etc., y parte del desconfinamiento seguro es volver a hacer esos recorridos para que los menores entiendan que esos lugares siguen existiendo y que eventualmente podrán regresar allí cuando sea seguro”, comenta.

“Es importante recalcarles que los padres y cuidadores están atentos a las medidas de seguridad y que transmitan a los niños esa confianza de que cuando se cumplan las condiciones de seguridad podrán regresar a sus rutinas habituales”, puntualiza la profesional.