Por siempre se ha pensado en la empresa Chuck E. Cheese’s como un lugar relacionado con el mundo del entretenimiento y la comida rápida, en especial las pizzas. Básicamente su concepción, al ser creada, fue esa.

La cadena fue fundada en 1977 en la ciudad de San José de California (Estados Unidos) como Chuck E. Cheese’s Pizzas. Tras unos años de éxito y prosperidad se realizaron algunos cambios corporativos importantes, quedando como Chuck E. Cheese’s en 1994.

Su llegada a Chile ocurrió en pleno siglo XXI, desde ahí se le conoció de forma más amplia y se supo que combinaba show de animatronics, juegos electrónicos, comida a base de pizzas y el show de su mascota: un ratoncito que siempre tiene los brazos abiertos.

Dentro de todo este mundo de felicidad y entrenamiento, pocos pueden pensar que alguna vez este lugar estuvo relacionado con el crimen, pero así fue en diciembre de 1993.

Ocurrió en un local de la ciudad de Aurora (Texas, Estados Unidos). Un empleado que había sido despedido en junio de ese año ingresó hasta allí y disparó a cinco trabajadores. Cuatro fallecieron y uno sobrevivió. El atraco terminó con el sujeto huyendo tras sustraer dinero de la caja del lugar y otras especies.

Chuck E. Cheese's de Aurora
Chuck E. Cheese’s de Aurora

Como resultado de un extenso juicio, el hombre fue condenado a morir en la silla eléctrica el 16 de mayo de 1996. Su ejecución aún no se ha llevado a cabo.

Un extraño que quiso revancha

Quien irrumpió esa noche en el local de Chuck E. Cheese’s fue un hombre llamado Nathan Jerard Dunlap, un hombre que en ese entonces tenía 18 años y estaba decidido a vengarse de sus empleadores por haberlo despedido cinco meses atrás.

Según detalla el periódico New York Times, Dunlap tuvo una infancia y adolescencia bastante difíciles, ya que tuvo que criarse con su madre biológica y un padre adoptivo que, según informan, nunca tuvo el mejor trato con él.

La familia se movió por varios estados de EEUU durante la adolescencia de este hombre, transitando por Illinois, Tennessee y Michigan; fue así hasta que un día encontraron buenas posibilidades en Colorado.

Con el tiempo la salud mental de su madre se fue deteriorando y llegó a padecer de esquizofrenia y trastorno bipolar.

Al parecer esta condición habría hecho estragos en la vida de su hijo, quien intentó suicidarse dos veces cuando cursaba la secundaria. En ese entonces, a pedido de su padre adoptivo, visitó al psicólogo del lugar, quien le diagnosticó de hipomanía.

Según los archivos policiales, Dunlap cometió varios robos a mano armada a la edad de quince años, en los cuales se valió de un palo de golf y luego armas de fuego. En primera instancia fue enviado detenido a una cárcel juvenil, pero con el paso de los meses lo trasladaron a un hospital psiquiátrico.

Nathan DUnlap al ser arrestado | CNN
Nathan DUnlap al ser arrestado | CNN

Hasta el día de hoy nadie sabe cómo logró ingresar a trabajar a Chuck E. Cheese’s en mayo de 1993, pero su estadía en el lugar duró muy poco, ya que dos meses más tarde fue despedido por no acatar la jornada laboral que le había dictado su empleador.

En ese momento nadie sabía que su venganza iba a ser tan sangrienta.

El tiroteo

De acuerdo al detalle de los archivos policiales y el diario Colorado Sun, la noche del 14 de diciembre Chuck E. Cheese’s de la ciudad de Aurora estaba cumpliendo un año desde su apertura, por lo que el ambiente era festivo entre empleados y clientes. Dunlap llegó hasta el lugar a las 21:30 horas, pidió un trozo de pizza y fichas para un juego arcade.

A las 21:50 horas se movió y se escondió dentro del baño del local, donde esperó a que los trabajadores cerraran para comenzar el tiroteo. Finalmente salió del lugar pasadas las 22:00 horas y desencadenó la masacre.

Dunlap llegó hasta la barra de ensaladas y disparó a una joven llamada Sylvia Crowell (19), quien estaba en labores de limpieza. El impacto fue en plena oreja derecha, por lo que falleció en el acto.

Luego apuntó su revolver calibre 25 a un empleado de 17 años llamado Ben Grant, quien estaba limpiando la alfombra; el joven cayó muerto en el instante.

Tras eso dirigió sus pasos hacia otro menor de edad llamado Colleen O’Connor (17), quien le habría suplicado de rodillas que no le hiciera nada, aunque sus esfuerzos fueron en vano, ya que recibió un impacto de bala en la cabeza y murió.

Víctimas de Dunlap
Víctimas de Dunlap

La última persona que pereció allí fue la cajera Marge Kohlberg (50), a quien Dunlap obligó a desbloquear la caja fuerte y la máquina de efectivo para llevarse la recaudación de la jornada. Luego de eso le disparó en la zona del oído y falleció.

El único sobreviviente de aquella masacre fue un joven de 20 años llamado Bobby Stephens, quien justo a las 22:00 horas había salido al exterior del local. Años más tarde, en una entrevista, reconoció que no se percató de los balazos, porque pensó que estaban reventando globos.

Fue por ese motivo que ingresó nuevamente, momento en que fue herido en una pierna por parte de Dunlap. Sin embargo, el joven logró escapar y pedir ayuda en un condominio cercano en la ciudad de Aurora.

Por su parte, el atracador sacó del lugar un total de 1.500 dólares y cerca de 100 fichas de juegos. Huyó cerca de las 22:20 horas hacia el departamento de su madre.

De acuerdo al relato de la policía, en las horas siguientes Nathan no habría hecho mayores esfuerzos por escapar, ya que fue detenido por la policía a las diez de la mañana el 14 de diciembre. Se entregó sin oponer resistencia a la justicia.

Los días posteriores fueron de profundo pesar y Aurora se volvió el centro de atención nacional en Estados Unidos. Decenas de medios de comunicación llegaron hasta la ciudad para cubrir el juicio contra el asesino de Chuck E. Cheese’s.

Bobby Stephens, sobreviviente del tiroteo | Colorado Sun
Bobby Stephens, sobreviviente del tiroteo | Colorado Sun

En ese entonces, detalla Colorado Sun, la defensa de Dunlap se basó en evitar que el jurado y el juez reconocieran evidencia suficiente para condenarlo a la pena capital.

Algunos testimonios de amigos y cercanos al hombre confirmaron que él había sido despedido del lugar en julio de ese año, añadiendo que desde ese momento deseó “con todas sus fuerzas” vengarse por lo que le habían hecho.

En concreto, se certificó que el despido de Nathan se debió a que no habría cumplido las horas de trabajo que le pedían sus empleadores. Situación que lo dejó traumatizado durante cinco meses.

Finalmente, luego de casi tres años de audiencias y alegatos, la corte condenó en 1996 a Dunlap a la pena de muerte por silla eléctrica.

En ese entonces, el juez que llevó el caso sostuvo que la ejecución debía llevarse a cabo durante agosto de 2013. No obstante, el gobernador de Colorado de la época, John Hickenlooper, firmó un indulto temporal, que permitía posponer la ejecución.

Actualmente, dentro de la comunidad de Aurora existe cierta sensación de miedo respecto a la posibilidad de que Dunlap pueda ser indultado de forma definitiva y evite la pena de muerte.

Sin ir más lejos Bobby Stephens, uno de los sobrevivientes, indicó en una entrevista que ha sido extraño todo el proceso que sobrevino después del juicio de Dunlap.

“Esto ha estado sucediendo por mucho tiempo. Es demasiado. Esto simplemente no tiene sentido para mí ni nadie. No puedo entender cómo este proceso no ha terminado aún”, concluyó en la oportunidad.