Alcatraz fue un complejo penitenciario de alta seguridad que funcionó entre 1934 y 1963 en un islote, que lleva el mismo nombre. Diversas historias se han creado en torno al carácter de inexpugnable para sus reos, no obstante, hasta hoy se cree que tres de ellos lograron escapar del lugar, hace ya 57 años.

Para el gobierno de Estados Unidos, Alcatraz era un lugar hasta el cual llegaban condenados por crímenes de terrorismo, violadores, narcotraficantes y líderes de mafias en su territorio.

No fue este el caso de Frank Morris, John Anglin y Clarence Anglin, quienes llegaron allí por robos a mano armada, posesión de drogas (Morris) y robar una serie de bancos (en el caso de los hermanos Anglin).

Los tres empezaron un peregrinar por varias cárceles de Estados Unidos desde la adolescencia. Si bien mostraban un buen comportamiento en los recintos penitenciarios, les era muy sencillo escapar.

También coincidieron en Alcatraz en 1960, donde compartieron una celda en el sector B (internos menos peligrosos) junto a Allen West. Desde ese entonces, los tres comenzaron a idear un plan que les permitiera salir de allí despistando a los guardias de seguridad.

Clarence y John Anglin | Wikimedia Commons
Clarence y John Anglin | Wikimedia Commons

Esto partió luego que Morris vio que la rejilla que daba ventilación a la celda estaba con los tornillos sueltos, por lo que no se apretaba firme contra la pared, situación que facilitaba aún más sus planes.

Fue así como los cuatro comenzaron a crear un túnel a través del ducto de ventilación, el cual los pudiese conectar con alguna de las salidas hacia el exterior. Los utensilios que tenían a mano eran cucharas y tenedores que robaron desde la cocina.

Con ellos fueron removiendo trozos de cemento y tierra hasta construir un túnel lo suficientemente grande que les permitiera conectarse con el conducto por el que se proveía de ventilación a los internos.

De acuerdo a un reportaje de la BBC, el agujero que construyeron en la celda era muy pequeño, por lo que los cuatro debían procurar tener un estado físico óptimo para caber en el lugar. Por otro lado, el túnel de conexión era prácticamente de la mitad de su tamaño, lo que facilitaba las cosas.

Para ocultar su obra, los cuatro utilizaban posters y retratos personales. Al parecer, ningún gendarme tuvo sospechas respecto al plan de escape, por lo que nunca tuvieron atención personal de algún guardia.

De acuerdo a los archivos del FBI estadounidense, la creación del túnel de salida tardó aproximadamente un mes, tiempo en el cual también confeccionaron una balsa por medio de residuos de impermeables.

La idea era unir estas piezas por medio de tejidos, hasta que quedaran bien conexas y se pudieran inflar. Hasta el día de hoy, no se sabe si esta parte del plan funcionó.

Frank Morris | Wikimedia Commons
Frank Morris | Wikimedia Commons

Otra etapa consistió en crear réplicas de sus caras mediante papel maché, las cuales adornaron con pelo que ellos mismos se habían sacado en las últimas semanas. La idea era despistar por completo a los guardias durante la noche.

La fuga se inició durante la noche del 11 de junio de 1962. Lo primero fue dejar en las almohadas de las camas las cabezas falsas, para hacer creer al resto que en realidad estaban durmiendo.

Luego inició la fase de ingresar en el pequeño agujero de la celda hasta el túnel que habían construido. En esta parte desertó Allen West, quien habría entrado en pánico antes de ejecutar el procedimiento.

No obstante, Morris y los hermanos Anglin estaban determinados a que el plan funcionara a plenitud, por lo que pasaron por el hoyo, caminaron por el túnel hasta el ducto principal de ventilación y salieron del penal por el agujero donde entraba el aire.

De acuerdo a un reportaje del medio español El Mundo, todo era perfecto pero faltaba la parte clave, cruzar desde la isla hasta la ciudad más cercana: San Francisco.

Desde ese momento la historia de esta fuga se volvió confusa y llena de vacío. La razón es que el FBI, luego de una búsqueda de años por todo Estados Unidos, nunca dio con el paradero final de los tres malechores.

El túnel que usaron para escapar | Archivo FBI
El túnel que usaron para escapar | Archivo FBI

Es por ello que el organismo gubernamental cerró la investigación en 1964. En ese momento se dictaminó que los tres habían muerto en el mar, tratando de cruzar hacia el estado de California.

Sin embargo, esta afirmación contrasta con las averiguaciones que por años realizó el oficial de policía Michael Dyke, quien hasta el día de hoy ha investigado la desaparición de los tres sujetos.

Según las investigaciones que ha llevado a cabo Dyke en los últimos diez años, de la larga lista de fallecidos que han existido en el golfo de San Francisco en el último ciclo, se han logrado recuperar 2/3 de los cuerpos, muchos de ellos incluso quedaron flotando en el agua.

Bajo esta lógica, el detective estima que si los tres maleantes murieron en el lugar, al menos dos cuerpos debieron haberse recuperado el 12 de junio de 1962, situación que nunca ocurrió.

Hasta el día de hoy las únicas pistas que recabó el FBI se obtuvieron luego de interrogar a Allen West, el único que quedó en la celda aquella noche. Desde ahí supieron cual había sido el túnel que ocupó el grupo para escapar y cómo habían logrado burlar a los guardias.

Yo me escapé de Alcatraz

El caso se archivó como uno de los enigmas policiales estadounidenses, hasta que en 2013 la policía de San Francisco reportó haber recibido una carta firmada por una persona que decía llamarse John Anglin (uno de los fugitivos). En ella se expresaba que los tres habían logrado la hazaña.

De inmediato el FBI reabrió la investigación por las tres desapariciones, aunque no dieron a conocer el contenido de la carta hasta 2018, cuando fue publicada en varios medios internacionales.

“Mi nombre es John Anglin. Escapé de Alcatraz en junio de 1962 con mi hermano Clarence y Frank Morris. Tengo 83 años y estoy enfermo. Tengo cáncer. Sí, lo logramos todos, ¡pero a duras penas!”, comenzó el relato.

En la segunda parte del escrito del supuesto Anglin, el hombre indica que Morris había fallecido en 2008 a causa de “una enfermedad mortal” y su hermano habría tenido el mismo final en 2011, sin especificar causa.

No obstante, lo que causó mayor sorpresa en ese momento fue que el remitente evidenció deseos de volver a su país, a pesar de saber que iba a ser encarcelado nuevamente, aunque puso algunas condiciones.

Carta de John Anglin | Archivo FBI
Carta de John Anglin | Archivo FBI

“Si anuncian en televisión que no iré a prisión durante más de un año y que recibiré atención médica, les escribiré diciéndoles dónde estoy”, puntualizó.

Semanas después de la recepción, el FBI ordenó un estudio grafológico de la misiva y comparó las letras expuestas con la de los tres prófugos. Aquel análisis no entregó pruebas concluyentes, por lo que se volvió a archivar el caso.

Hasta hoy, quienes aseguran que Morris y los Anglin lograron escapar establecen que la madre de los hermanos recibió, desde 1962 en adelante, dos ramos de rosas para su cumpleaños, los cuales venían desde un remitente desconocido.

Sin ir más lejos, este caso está declarado como uno de los enigmas policiales estadounidenses sin resolver en siglo XX. Tal ha sido su fama que en 1979 se estrenó una película basada en los ocurrido, la cual se llamó La fuga de Alcatraz.

Los protagonistas fueron Clint Eastwood como Frank Morris, Fred Ward en el rol de John Anglin y Jack Thibeau como Clarence Anglin.