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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

La familia Kim de Corea del Norte se afianza en el poder a través de la propaganda y el culto a sus líderes. En los años 70, Kim Jong-Il secuestró a las estrellas del cine surcoreano Choi Eun-hee y Shin Sang-ok para potenciar la imagen de su padre. Tras años de secuestro, lograron producir 17 películas para el régimen. En 1986, escaparon durante un viaje a Viena y buscaron asilo en la Embajada de EE.UU. en Austria. Tras cerca de 10 años en EE.UU., regresaron a Corea del Sur.

Sabido es que la familia Kim basa su dominio en Corea del Norte a través del cine, la propaganda y el culto a los líderes: Kim Il-sung, Kim Jong-Il y el actual Kim Jong-Un. Hoy en día es algo totalmente instaurando y, para ellos, muy válido. No obstante, poco se sabe que para lograrlo el régimen tuvo que recurrir, en los 70, al secuestro de dos grandes estrellas.

Kim Jong-Il, segundo líder en ese país, fue desde joven un gustoso de la buena vida y el cine, tenía su propia sala para reproducir las películas que estaban de moda en esa época. Su objetivo era que, por medio de aquel arte, se lograra potenciar la imagen de su padre a la categoría de divinidad.

No obstante, Corea del Norte no contaba con grandes recursos, no había academias de actuación y menos de dirección cinematográfica, por lo que su plan estaba estancado. Fue así como, un día, puso sus ojos en dos personas: la querida actriz surcoreana Choi Eun-hee y su exesposo, el afamado director Shin Sang-ok, también del Sur.

Ante eso, se sabía que ambos no iban a aceptar trabajar para un régimen enemigo, aunque hubiese mucho dinero por medio. Por lo mismo recurrieron a un plan terrible: el secuestro.

La primera en caer fue Choi, que en 1978 fue invitada a una reunión con productores extranjeros a Hong Kong, para conversar sobre una supuesta superproducción. Sin embargo, todo fue una trampa, ya que mientras era trasladada a una ciudad fue tomada como rehén por un par de funcionarios de Corea del Norte, quienes la sedaron subieron a un barco, que la trasladó al Norte.

De acuerdo a la BBC, Shin Sang-ok tenía una buena relación con la actriz, pese a que ambos se habían divorciado. En sus memorias, reconoció que le extrañó que la artista no volviera al país después de varios meses, por lo que decidió ir a buscarla a Hong Kong.

Una vez allí corrió la misma suerte, ya que en un hotel desconocidos le pusieron una bolsa en la cabeza y lo dejaron inconsciente. Fue llevado a Corea del Norte en muy mal estado.

Kim Jong Il supervisando grabaciones
Wikimedia Commons

Estrellas de cine en Corea del Norte

El régimen los juntó en ese país, pero ambos vivieron situaciones muy distintas. Choi Eun-hee fue llevada una mansión de la propia familia Kim, donde permaneció vigilada; por su lado, Shin fue dejado en la cárcel, donde permaneció cuatro años.

Recién en 1983, decidieron colaborar con el líder, con el objetivo de formar y consolidar toda una industria cinematográfica.

Según El País, se estima que los dos produjeron un total de 17 películas, entre las cuales destacó una llamada Pulgasari, considerada como la versión socialista de Godzilla, la cual hacía alución al triunfo de la revolución. Otros nombres fueron An Emissary of No Return, Love, Love, My Love, Runaway y Breakwater; todos estos basados en éxitos de Estados Unidos y Europa.

La historia tuvo un final definitivamente cinematográfico, ya que los dos lograron escapar por medio de un plan que resultó perfecto. En 1986, el director convenció a Kim Jong Il de realizar un viaje de promoción de Pulgasari al festival de cine de Vienna, como una forma de expandir el cine norcoreano.

Sin embargo, en una maniobra que Shing describe como “divina” en sus memorias, en la calle ambos lograron burlar la vigilancia de los funcionarios norcoreanos, dirigiéndose hasta la Embajada de Estados Unidos en Austria, donde solicitaron asilo.

Lo cierto es que los exesposos vivieron por cerca de 10 años en el país norteamericanos; fueron grandes amigos. Pudieron regresar hasta Corea del Sur cuando les confirmaron que ya no existía peligro.

Por su lado, BBC detalló que el régimen determinó eliminar todas las películas que habían creado en ese país, aunque se cree que su modo de trabajo y técnicas siguen vigentes hasta hoy.

Choi Eun-hee falleció en 2018, mientras que Shin Sang-ok lo había hecho en 2006.