El pasado 28 de noviembre se cumplieron diez años desde la muerte de Roberto Gómez Bolaños, conocido mundialmente como “Chespirito”, además de ser el cerebro detrás de El Chavo del 8.
Detrás de su éxito y fama, hay una historia conmovedora que relató en su libro Sin querer queriendo (2006), donde recopiló sus memorias. En él, contó cómo su madre estuvo a punto de someterse a un aborto por recomendación médica.
Todo ocurrió en 1928, cuando Elsa Bolaños Cacho, madre del comediante, consumió accidentalmente un medicamento con quinina, una sustancia nociva para mujeres embarazadas.
“Esta sustancia, empleada para tratar ciertas enfermedades infecciosas y calambres musculares, está contraindicada en el embarazo porque puede causar malformaciones congénitas e incluso la muerte fetal”, escribió Gómez Bolaños en el libro.
A pesar de las adversidades, Elsa decidió continuar con el embarazo. Así, el 21 de febrero de 1929, nació Roberto Gómez Bolaños. Este acto de amor y sacrificio marcó profundamente al comediante, quien siempre mostró gratitud hacia su madre. Quizás este hecho influyó en la creación de personajes inolvidables como El Chavo del 8.
El niño que inspiró El Chavo del 8 de Roberto Gómez Bolaños
Durante una conferencia de prensa en 1992, antes de grabar el último episodio del programa, Gómez Bolaños reveló que El Chavo del 8 nació de un encuentro en Acapulco con un niño lustrabotas.
“Un pequeño lustrabotas me limpió los zapatos, y tan pronto le pagué, salió corriendo a comprarse una torta de jamón. En su prisa, olvidó en la banca un cuaderno. Ahí encontré frases escritas con faltas ortográficas que reflejaban lo que soñaba de la vida. Esa inspiración dio forma a los primeros guiones de El Chavo, y el resto es historia”, comentó en declaraciones recogidas por El Telégrafo.
Para llevar la idea a la pantalla, Gómez Bolaños aprovechó una escenografía antigua de Televisión Independiente de México (hoy Televisa), creando así la famosa vecindad a bajo costo. Luego, comenzó a formar el elenco del programa.
El primero en sumarse fue Ramón Valdés, admirado por su talento cómico. Le siguieron María Antonieta de las Nieves, a quien conoció mientras hacía doblajes, y Florinda Meza, quien trabajaba como extra en el canal. Edgar Vivar, médico de profesión pero apasionado por la actuación, también se unió al proyecto.
Carlos Villagrán llamó la atención de “Chespirito” por su habilidad como ventrílocuo en una reunión de amigos. Finalmente, se integraron Angelines Fernández y Horacio Gómez Bolaños, hermano de Roberto y encargado del marketing de la serie.
Con este elenco, comenzaron las grabaciones de un programa que rápidamente se convirtió “en el número uno de la televisión humorística”.