La Joven ha asegurado que tiene otros objetivos en su vida, más allá de administrar un patrimonio. Sólo aceptará un 10% de la herencia.

Medios internacionales informaron esta semana sobre el caso de una mujer de 29 años llamada Marlene Engelhorn. La mujer es oriunda de Austria y ha declarado abiertamente que se niega a recibir la totalidad de la herencia de su familia, avaluada en 4.000 millones de dólares (unos 3,6 billones o más exactamente, 3.605.920.000 de pesos chilenos).

De acuerdo a lo que expone BBC, la propia Engelhorn ha sostenido abiertamente que va a renunciar al 90% de aquel monto, asegurando que “no quiere tan millonaria, por el trabajo que realizaron otros”.

La joven es nieta de Friedrich Engelhorn, fundador de la farmacéutica Badische Anilin-und Soda-Fabrik, una de las más reconocidas en el mundo.

Estudió en los colegios más exclusivos de Europa y actualmente cursa Lengua y Literatura en la Universidad de Viena. Durante los últimos años, además, se ha reconocido como simpatizante de movimientos cercanos a la izquierda en su país.

“No puedo seguir sentada y esperando que alguien, en algún lugar, haga algo. Hemos llegado al final del camino cuando otras 250 millones de personas se verán empujadas a la pobreza extrema este año”, expuso al citado medio.

Marlene Engelhorn renuncia a herencia
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Marlene Engelhorn tendría otros propósitos

Asimismo, en varias ocasiones ha asegurado que no desea estar toda su vida administrando la fortuna de su familia, sin hacer algo por sí misma.

“Gestionar ese patrimonio conlleva mucho tiempo. No es ese mi proyecto de vida. No es que no quiera ser rica, es que no quiero ser tan rica”, detalló.

“No se trata de una cuestión de voluntad, sino de equidad. No he hecho nada para recibir este legado. Esto es pura suerte en la lotería del nacimiento y pura coincidencia”, agregó.

Una de las última iniciativas que Marlene Engelhorn impulsó fue el movimiento ‘Tax Me Now’ (Cóbrame impuestos ahora), el cual es apoyado por otros 50 herederos en el mundo.

Esto tiene como objetivo que los estados sean más eficientes a la hora de fiscalizar a las grandes fortunas.