La humanidad ha vivido un 2020 bastante difícil, en el contexto de una pandemia que ha matado a más 360.000 personas en el mundo y ha obligado a tomar una determinación bastante compleja: las cuarentenas para que haya autocuidado.
Así han surgido muchas historias de seres que en antaño han tolerado estos períodos con bastante estoicismo, alejándose de sus amigos, compañeros de vida y familiares, en algo que claramente no es natural para el ser humano.
No obstante, hubo quienes no contaron con las mejores condiciones, donde incluso sus propias familias fueron capaces de dar la espalda.
Blanche Monnier fue una joven de la alta sociedad francesa a fines del siglo XIX, cuando las familias más adineradas se juntaban en clanes y arreglaban matrimonios por conveniencia.
Hasta el día de hoy, ella es conocida como la Séquestrée de Poitiers (La Secuestrada de Poitiers), luego de haber estado encerrada en su dormitorio por 25 años, castigada por su familia.
Su historia inspiró gran cantidad de crónicas policiales de la época, ya que las autoridades la hallaron tras casi tres décadas en deplorables condiciones: rodeada de fecas, en delgadez extrema y con síntomas de esquizofrenia.
Según detalla el diario El País, a los 25 años Blanche indicó a su familia que tenía la intención de casarse con un abogado proveniente de una familia protestante e hijo de un republicano.
Aquello no hizo gracia en su clan, quienes eran declarados como católicos y monárquicos, por lo que se opusieron a aquel vínculo.
Ante la insistencia de la joven, su madre, una mujer llamada Louise Monnier, optó por darle el peor castigo posible: la encerró en su pieza para que nunca más pudiera ver la luz del sol. Aquella acción contó con la aprobación del padre, Charles-Émile, y su hermano Marcel.
André Gide, escritor que publicó esta historia, indicó que los tres otros integrantes de la familia continuaron haciendo su vida de la forma más normal posible, y contaron con la complicidad del servicio doméstico, quienes nunca dijeron nada.
Sin ir más lejos, en un inicio tanto Louise como Marcel indicaron a todos sus conocidos que la joven había sido raptada por ladrones, en tanto que su prometido murió en 1885.
Asimismo, su padre fallecería dos años más tarde, haciendo jurar a todos los demás que la verdad nunca se sabría.
No obstante, la historia tuvo un quiebre en 23 de mayo de 1901, cuando el procurador general de París recibió una carta anónima que informaba de la situación de Blanche Monnier.
“Tengo el honor de informarle de un suceso excepcionalmente grave. Hablo de una solterona que está encerrada en la casa de Madame Monnier, medio muerta de hambre y que vive en una cama podrida durante los últimos veinticinco años, en una palabra, en su propia inmundicia”, indicaban.
Gide relata que aquello alertó en extremo a las autoridades, ya que sería un escándalo que afectaría directamente a una de las familias más importantes de la ciudad. No obstante, igual fueron a investigar el asunto.
La policía ingresa en el lugar y encuentra un primer piso muy elegante, sin embargo, uno de ellos se da cuenta que desde el tercero viene un olor desagradable a putrefacción, por lo que se dirigen hacia allá.
Finalmente ven una habitación que está cerrada con tres candados, los cuales rompen en el acto e ingresan, hallando ahí el cuerpo de la mujer, quien en ese momento tenía 52 años, lucía débil, pesaba 25 kilos, estaba rodeada por sus heces y decía “escuchar voces”.
“La mujer parecía sufrir una malnutrición extrema. Estaba tumbada, completamente desnuda, en un colchón podrido. La rodeaba una costra de excrementos y restos de comida. Vimos también que había bichos recorriendo la cama de la señorita Monnier. El aire de la habitación era tan irrespirable que nos resultó imposible seguir investigando”, indicaba una de las crónicas de la época.
Allí mismo, ella les señala que ha estado encerrada por 25 años, en los cuales apenas le dieron comida y no se preocuparon de la higiene. Evidentemente impactados, la policía la trasladó hasta un hospital llamado Poitiers.
La madre y el hermano de la joven fueron llevados hasta la cárcel. En el caso de Louise, ella no alcanza a ser juzgada, ya que muere meses antes debido a un paro cardíaco. Asimismo, Marcel es condenado a 15 meses de prisión.
Por su parte, Blanche fue trasladada hasta un hospital psiquiátrico denominado Blois, donde pasa los últimos 12 años de su vida en tratamiento. En esta oportunidad, al menos, ya puede ver la luz del sol.
Nunca hubo una versión oficial que explicara esta decisión de la familia, aunque cercanos explicaron a los diarios de esa época que ellos sentían vergüenza de la joven, al padecer esquizofrenia.