Juan Mendoza, "Juanín", tocó la guitarra un rato, rezó y, acto seguido, se fue a disparar contra dos hermanas de su exmujer. Un hermano de estas se salvó, porque no era parte de su blanco planificado.

Cuando la audiencia provincial de Madrid, España, condenó a Juan Francisco Mendoza Jiménez a 60 años de prisión, la autoridad de este tribunal tenía claro el nivel de planificación que el sujeto gestó, como parte de su venganza machista.

“Juanín”, como lo conocían en su familia, filial y política, quería darle un golpe certero a su exmujer, quien lo había abandonado tras dos décadas de convivencia, 5 hijos y 2 nietos a cuestas. Lo logró.

El periódico El País publicó los espeluznantes detalles de la tarde de un domingo que cambió la vida de las víctimas y sus allegados, debido a la premeditación y alevosía del victimario.

Celestina, según recoge el medio antes citado, fue su novia de toda la vida, quien decidió marcharse de su casa, un año antes de la venganza de Juanín.

El sujeto, quien tiene antecedentes penales, le comunicó a algunas personas sus planes: “Las voy a matar a todas”. Fue una de sus frases que no tardaría en cumplir.

En esta imagen aparecen Juanin, y las hermanas de Celestina, a quienes asesinó en una venganza machista.
El Español

Venganza machista: la tarde del domingo que lo cambió todo

La tarde en la que Celestina recibió una trágica noticia, se describió como una calurosa. De ahí que sus hermanas y un hermano estuvieran en una terraza, tomando aire fresco, sin imaginar que serían víctimas de una venganza machista. Las mujeres de la familia, únicamente.

Según los detalles del caso, la mujer se marchó con el marido de la hermana de Juanín. Éste se dedicó a buscarlos, sin éxito, dando paso a la planificación de su venganza machista.

Otros detalles oficiales relatan que ese día, 9 de junio del 2019, Juan Mendoza se encontraba a corta distancia, en un edificio de protección oficial, donde se quedó a vivir con sus padres luego de que Celestina lo abandonó, un año atrás.

Desde la ventana del piso cercano a su familia política, cuya relación se consideraba “Buena, después de la separación”, el hombre disparó contra su primer blanco. Era Liset Dolores Fernández, de 35 años y madre de cinco hijos. Con una escopeta de caza LIG de calibre 12, le destrozó el cuello matándola en el acto.

La siguiente víctima fue la otra hermana de Celestina, quien corrió a auxiliar a Liset.

El victimario hizo otra detonación contra Monserrat Fernández, de 23 años y madre de dos niñas. La hirió por la espalda con un solo disparo, pero ese le causó 10 heridas que, dos días después, la llevaron a la muerte en un hospital de Aranjuez, donde ocurrieron los hechos.

Cuando la madre de ambas mujeres salió al patio a socorrerlas, llevaba a una de sus nietas (9 meses) en brazos. Juanín no se detuvo y cargó contra Consuelo. Le disparó en una de sus piernas y luego se escondió. En pie quedó el hermano e hijo de las víctimas, Jesús, quien no estaba en la lista de sus objetivos.

Los testimonios que vendrían después, dan cuenta de eso.

Juanin, mató a sus dos excuñadas, en venganza machista por el engaño y abandono de Celestina.
El Español

Juanín: la venganza gitana y la prisión como castigo

Una vez ejecutado el irreparable daño a la familia de su exmujer, Juanín se escondió en el departamento de sus padres. Pareció haber olvidado que en más de una ocasión divulgó sus planes de venganza machista contra Celestina y las mujeres de su familia.

Los residentes del lugar tenían claro quién disparó contra las 3 féminas. Una turba fue en su búsqueda y estuvo a punto de lincharlo, hasta que intervino la policía.

El hombre se parapetó en medio de la conmoción. Entre los agentes que acudieron al lugar, estaba Charly, quien en 2013 lo había arrestado por tráfico de drogas, junto a Celestina. El periódico El Mundo describe a ésta, como una expareja como narco.

Los agentes llevaron de vuelta a la cárcel a Juanín, ahora, sumando un grave delito. Y es que ya estaba siendo buscado para completar sentencia por tráfico de drogas. Evidentemente, no lo apresaron a tiempo.

Cuando llegó la hora del juicio en su contra, y de un veredicto, los testimonios pesaron contra el entonces imputado.

“(El acusado) me dijo que iba a matar a alguna de sus cuñadas y a su suegra, entendiendo así que solo se refería a las mujeres de la familia”, dijo una persona en el estrado.

Otra testigo, a quien el sujeto le hizo revelación similar, declaró que éste dijo que “las iba a matar a todas”. De hecho, Liset, una de las mujeres asesinadas, ya había recibido amenazas de muerte por parte de su excuñado.

Escuchados los argumentos y presentación de las pruebas, autoridades de la audiencia provincial de Madrid hicieron su lectura. Todo fue producto de la profunda misoginia del sujeto, que dio paso a su venganza machista, pero también a una sentencia: 60 años de prisión. 23 por cada muerte y 14 por el intento de femicidio de su exsuegra.

“El acusado realizó los hechos por motivos de género o sexo, dado que solo quería matar, de forma exclusiva, a las mujeres de la familia de Celestina Fernández Jiménez, pero no a los hombres”.

Jesús, el hermano de las víctimas, se salvó de los planes vengativos de su excuñado. Su hermana Celestina, en tanto, no estuvo presente ni en el juicio, ni en el entierro de sus hermanas o acompañando a su madre. Trascendió que son miembros de la etnia gitana y la habían condenado al destierro, por haberse fugado con otro hombre. Es decir, el cuñado de su exmarido.

Más allá de los conflictos y decisiones étnicas en dicha familia, citado por El País, el magistrado de la Sección Primera de la Audiencia de Madrid, Francisco Manuel Oliver, cuya firma fue estampada en la sentencia, considero que “es obvio que para el jurado el hecho de que el acusado dijera que iba a matar a algunas de sus cuñadas, y solo se refiera a las mujeres, es significativo, en el sentido de que solo quería dar muerte a aquellas y no a los hombres; de hecho, cuando ejecuta los disparos en el lugar de los hechos estaban Liset y Jesús, hermano de las fallecidas, y solo disparó contra aquella”.

Consuelo, la madre de las dos mujeres muertas y una tercera desterrada, se aleja de su nombre, desde el día de los hechos. Un sujeto, que llevó a cabo su venganza machista le arrebató una gran parte de su vida.

Por la muerte de sus dos excuñadas gitanas, Juanin fue sentenciado a 60 años de prisión.
EFE